Trago de poesía. Por Pilar Gorricho

cafe

Lo reconozco,
esta manía mía de hacer poemas,
esta mano izquierda, lastimera e inútil
reclamando su lugar.
Este no parar de ver fuera
lo que debería estar dentro,
no es otra cosa que un trago de vodka

para mi cuadriculado espíritu.

Aún entono letanías
sosegando la sabandija del lóbulo.

Voy mascando el fracaso de los soles de agosto

por las callejuelas de plomo, y me hago lluvia

alguna tarde.

Escribo poemas de guerra sin mancha

(la sangre es privilegio de corta estancia),

evasiva que va matando poco a poco,
los pronombres personales, ocultos

entre amapolas sudorosas.

Para no sentir el torpe ademán de los días ciegos,
los cincelo en las servilletas de barra y soledades.

Es más llevadero el golpe revestido de filigrana.

Y la piedra

(sombrío tropiezo por enésima vez)

es menos hierática con forma silábica.

El despeñadero del pasado es eutanasia de lo venidero
cuando nos asomamos a lo nuevo con mirada de perros viejos.

Lo reconozco,

escribo poemas para no amparar al barquero
que desde la ribera pide indulgente un remo.
Su grito envuelvo en metáforas de galernas

y diéresis acartonadas.

–La miopía de mi corazón es óbice inmóvil–

Escribo vestida de vocablos para no sentir el látigo
de mi cuerpo cansado en las orillas del norte.

Lo reconozco, escribo poemas para no sufrir

el «yo» sin ornamentos que tal vez no pudiese

soportar.

Matar al dios que cimenté con mi costilla
para poder morir,
y escribir el poema de los poemas
cuando por fin vea mi vida
sin el filtro de la palabra.

Pilar Gorricho

pilargorricho

Pilar Gorricho del Castillo, nació en Logroño (La Rioja ) España el día diez de marzo de 1961. Poeta clásica en sus composiciones ha editado tres poemarios y participado en diversas antologías clásicas y de verso libre. Los retazos de mi alma es su primer poemario en Girasoles de asfalto combina el verso clásico con la rima blanca o libre. Y el vacío de los plenilunios todo escrito en verso libre. Cuenta con diversos reconocimientos poéticos. Escribe por satisfacción personal y según sus propia frase: “ No escribo poesía para vivir, la escribo para no morir”.

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