Solamente tú y yo en esta vida,
lo demás, ¡qué más da! ¡olvídalo!
déjame que te mire en silencio
mi amante querida,
déjame, que te pida de nuevo
lo que llaman perdón.
Me preguntas, que por qué me alejo
si estás resentida;
pensarás, que en mi ya no existe
alma y corazón,
si supieras lo triste que estoy
en esta partida,
no hablarías para confundirme
mi dulce pasión.
¡Volveré! te lo digo y confieso
como que te quiero,
¡volveré! lo prometo, por eso
no hay una razón,
para que pienses y dudes
eso tan triste,
porque sabes, que es solo capricho
e imaginación.
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Juan A Galisteo Luque
Blog del autor
Del poemario: Romances en la penumbra
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