Volo ut sis. Por Verónica Romero Reyes

Quiero que seas tú

la moldura pétrea de mi epitafio,
la luna de renuncia, mi plaga,
el cuerpo hurtado de mi alma,
el espíritu de mi mortaja,
la eterna y abierta llaga,
el dolor silenciado, infrahumano,
y el verso que nunca dije,
——————————-o no pude escribir…

Por miedo,
vergüenza,
respeto
——————————o amor…

¿Qué sin ti, sino morir?
Mea culpa no haberte buscado antes.

Misterio.
Devoción.

Quiero que seas tú
la única constelación
que adoren mis ojos nocturnos,
el último sol que saboree mi piel,
mi postrero clamor de insomnio,
mi estrella sombría, mi día sin cruz,
mi parto bendito, mi sino maldito,
mi todo y mi nada, mi vida y mi muerte.

Raíz débil
y tronco fuerte,

Amarte, sentirte,
——————o verte…

Tenerte.
Quererte.

En vida cuidarte,
——————-después… protegerte.

Me quedo sin numen, sin verbo,
sin labio ni dedo, ni brazo ni suerte.

No hay ritmo ni acento
ni prosopopeya adorma mi verso sin techo.

Sin metáfora, al descuido,
la Poesía, mi sagrario,
hoy me parece un pretexto.

Sin aliento, sin anáfora
———————–y sin contexto…

Me tiembla el minuto, la hora,
sin ti, contigo, de yo en nos,
ni guarda ni custodia,
ni exoneración ni culpa,
ni verso ni rapsodia…

Un último epígrafe para mi memoria:

No queda en mí más que tu luz.
Todo en mí… ya lo eres tú.

Y no me pesa esperarte
cuando sé
que yo, tan estúpida,
solo amé cuando, en mí,
————————conocí de tu descarte.

Tengo dos opciones de eternidad:
———————————quererte o amarte.

Verónica Victoria Romero Reyes
Blog de la autora
De tu voz la travesura.
Derechos registrados.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *