Volver. Por Isidro R. Ayestarán

Me hablaron de la tierra prometida,
de luces azul celeste,
de brazos acogedores y
de miradas que asienten.

Me habían explicado que
las historias de amor siempre acaban bien,
y que el sepia es un color antiguo
reservado para una foto familiar de fin de siglo.

Pero los libros homologados de la ciencia impuesta
no dan respuesta a lo que hay tras los puntos suspensivos,
ni nos cuentan porque decir te quiero es tan
complicado en este mundo de palabras calladas.

Y aquí sigo, buscando respuestas,
volviendo al origen de un punto de partida
que empujaba hacia el epicentro de un dolor amargo.
Y volver, volver, volver…
A veces sin saber para qué,
despertando de un sueño terrible en mitad de la noche.

Me habías confundido con el sabor de tus labios,
con la sencillez de una sonrisa,
con la luminosidad ardiente de una mirada
capaz de decirlo todo con casi nada.

Habías logrado que creyera sin verte,
sin profundizar en un silencio eterno
desde el territorio inhóspito de nuestras
sábanas impregnadas del elixir del amor.

Pero la ausencia del calor hace que
refugie mi rostro de las miradas del resto del mundo,
como si fuera de un color distinto con olor
a Tercer Mundo aún sin civilizar.

Y aquí sigo, buscando respuestas,
volviendo al origen del porqué existe el rechazo
a culminar un sentimiento en plena primavera.
Y volver, volver, volver…
a veces sin saber para qué,
despertando de un sueño terrible en mitad de la noche


© Isidro R. Ayestarán, 2008
El Cabaret de los Sueños

Un comentario:

  1. «ni nos cuentan porque decir te quiero es tan
    complicado en este mundo de palabras calladas»
    Excelente.

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