REFLEJO
Ojos que alumbráis la ausencia
con fuerte pasión desmoronada,
que sacudís con ardor en la mirada
despertando amor con insistencia.
*
Ojos que amáis llorando de alegría
esa acción de querer con fuerza y alma,
que padecéis pensando en vuestra calma
el volver de la distancia día a día.
*
¡No lloréis ojos! que el amor perdura
aunque se crea sentir que ya esta yerto;
¡No dejéis jamás que vuestro cuerpo
se llene de dolor y de amargura!
*
Reíd mi amor al corazón
y sentidlo siempre en el silencio,
latiendo con deseo e ilusión
con expresión viva y cauce abierto.
*
¡No lloréis ojos, no lloréis!
que no quiero llorar su sentimiento.
Juan A. Galisteo Luque
Del libro: Café Boulevard
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