En una recóndita aldea del Norte de Europa, cubierta de nieve la mayor parte del año, cuyo nombre aún no sé puede desvelar por razones de seguridad, al parecer, un pastor en aparente estado de embriaguez ha descubierto, este verano, un antiguo baúl bajo las ruinas de una abandonada construcción religiosa del bajo medievo. Según las primeras informaciones, aún por contrastar, el baúl habría sido hallado bajo una gran lápida de mármol, de ahí que aún se mantenga en buen estado de conservación. Sobre la gran piedra de mármol, los expertos han identificado símbolos templarios, como una gran cruz patada y una cabeza barbuda con unos pequeños cuernos que podría hacer referencia a Baphomet. Dentro del baúl sólo había un pergamino de piel de vaca escrito en un extraño lenguaje de signos jeroglíficos y numéricos, y que se encontraba lacrado con un sello donde se podía leer perfectamente el lema templario «sigillum militum xpisti» (El sello de los soldados de cristo).
Tras el importante hallazgo, sesenta y seis científicos acompañados de seis teólogos expertos en descifrar mensajes de este mundo y del otro, se han desplazado a gastos pagados por un mecenas -que prefiere mantenerse en el anonimato- hasta un hotel rural que se encuentra en las inmediaciones y que esta haciendo su agosto… y su septiembre. Con rapidez, y antes de que se transcriban, con exactitud, los trascendentales mensajes que esa piel de vaca nos va a desvelar a la humanidad, por si sí o por si no, ya se está construyendo, en su honor, en el lugar: una gran iglesia catedralicia, un hotel de cinco estrellas con spa, tres albergues para peregrinos, dos restaurantes tipo buffet, una peluquería unisex, una clínica dental y un compro oro, aunque hay quién habla de la posibilidad de que, muy pronto, se instale en la zona un McDonald, un Starbucks, un Sex Shop con espectáculo en directo y una sucursal del BBVA.
Otro de los grandes misterios que se ha producido alrededor de este singular acontecimiento, ha sido la preocupante y misteriosa desaparición del pastor, de nombre Sam Jumas. Se calcula que más de 200 periodistas venidos de todo el mundo se encuentran buscándolo para entrevistarlo. Ya hay quien dice que, este señor, en realidad podría haber sido un ángel venido del cielo para tal fin.
Hasta el momento, son muy pocas las filtraciones a las que la prensa internacional ha tenido acceso. Según parece, un periodista del prestigioso programa televisivo «Quinto Milenio» ha conseguido sobornar al primo de una limpiadora que trabaja en el hotel. La joven le habría comentado a su primo, mientras ambos se tomaban un relajante baño en un jacuzzi, que los eruditos hablan continuamente de que el Juicio Final se nos viene encima, o que todos, al final, vamos a perder el juicio. (Esto parecen no tenerlo muy claro ni la prima ni el primo) Según esa misma fuente, los templarios habrían tenido en sus manos una versión diferente del testamento de San Juan o lo habrían interpretado de manera distinta a la ofrecida por el Concilio de Cartago.
La misma información apuntaba a que, antes de su desaparición, Sam Jumas declaró, con una botella de Vodka Zubrówka en la mano apuntando al cielo:
«Me ha sido revelado que, muy pronto, el sol estallará en mil pedazos y la tierra quedará totalmente calcinada. Esto sucederá cuando un hombre negro mande en el mundo, un Papa nazi gobierne la Iglesia y la prima de riesgo española alcance los 666 puntos básicos.»
Todo hace pensar que esto lo dijo, días antes de su desaparición, en la taberna del pueblo, ante un numeroso grupo de hombres que participaban en una tradicional competición, que consiste en beber chupitos de vodka de garrafón y, entre trago y trago, zamparse un típico pepinillo en vinagre sin guiñar los ojos.
Para finalizar, una señora de noventa y dos años que hacía calceta, comentó, antes de morir en extrañas circunstancias, a la agencia de noticias PAP, que vio como Sam Jumas se marchaba en un helicóptero acompañado de dos bellas azafatas y un señor con una gran barba y una túnica blanca.
Dicen algunos que Sam Jumas es un nuevo profeta, pero muchos otros son los que opinan que se trata tan sólo un alcohólico en busca de su minuto de gloria.
De momento, recemos todos para que la prima de riesgo española no siga subiendo. No vaya a ser el diablo…
José Fernández Belmonte
Blog del autor
No puede caber más coña marinera en tan pocas líneas.
Excelso, José. Cada renglón es subrayable.
De veras que tu crónica es una «pasada», como dice la muchachada de ahora.
Con tu ironía, haces que esta aparición sea la más verdadera (y la más divertida) de todas las que he conocido. Berlanga se reiría con tu crónica.
Mil gracias amigos, me gusta hacer reír. Decía mi padre que más vale dar risa que pena. Las penas vienen solas, las risas hay que provocarlas.
Jajaja, qué divertido, José, qué buen rato 😀 Desde luego, una sucursal del BBVA en una recóndita aldea del norte de Europa sí es para perder el juicio, agggg…
Un abrazo.
Tu escrito está cargado de genialidad y espontaneidad, es una ironía al buen humor y a la realidad, felicidades excelente tu crónica.