A Toledo. Por Juan A. Galisteo Luque

 

 

Llegué a Toledo con pasión y anhelo,

crucé ese puente todo amurallado;

pisé sus calles todas de empedrado,

cual perlas vivas que cubrían el suelo.

Soñé en el Greco con ferviente duelo

lienzos de ensueño y despertar dorado,

y en el Barrio judío, ese legado,

de plata y oro, de misterio y velo.

Se oyó un Ave María floreado

de la Primada Catedral modelo;

lleno de asombro ¡me quedé extasiado!

En ese instante me llegó el consuelo

y, en la esperanza de sentirme amado,

cruzó mi alma desde el Tajo al cielo.

——–

Toledo

Juan A. Galisteo Luque

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