Trevenque (Granada)
El hecho físico y consciente de caminar frente al poder seductor de nuestra madre Naturaleza; este simple ejercicio de poner de manera continua un pie por delante del otro, acompañado del brazo contrario, de forma erguida y bípeda (al contrario que los grandes simios que son cuadrúpedos porque marchan sobre sus nudillos) ; simulando una maquinaria de precisión perfecta (perfección que Da Vinci llegó a proyectar con su Hombre de Vitruvio); este hecho particular no sólo nos aporta bienestar físico y mental; además y lo más importante, nos reconcilia con la vida. Y no es un movimiento ejercitado caprichosamente al azar. Aprendemos desde que somos bebés a caminar de la mano de nuestros primogenitores, y si nos caemos al suelo de bruces, nos levantamos, qué remedio, como auténticos equilibristas o nos ayudan a hacerlo. Que al final y al cabo, de esto se trata la vida. De caerse y levantarse. Y levantarse bien.
Además de resultar una actividad de lo más saludable para el físico y la mente, no se nos exige impuestos ni peajes entre las veredas, cerros, arboledas, riscos, montes, collados y cimas. Decía un sabio muy sabio, que en este mundo, lo más incalculablemente valioso, no tiene precio. Intuyo que el sabio sigue teniendo razón
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Tuve ocasión de realizar junto con mis compañeros senderistas los TICORUNNERS de Granada, un excelente día de Domingo, la ruta circular que rodea la cima del Trevenque en el Parque Natural de Sierra Nevada, y para ello escogimos el camino (mismamente como en la vida) hacia el Jardín botánico La Cortijuela, elección que nos tenía guardada una maravillosa sorpresa en forma de ganado de vacas y toros, menos mal que mansos, pastando y descansando de forma placentera (algo que el caminante aprecia) en lo que se hace llamar la Dehesa granadina, antes de llegar a nuestro punto de origen y fin de nuestro trayecto: la Fuente del Hervidero donde los senderistas pueden reponer fuerzas a base de unas tapas y unas cervezas en la terraza con vistas a las verdes llanuras, donde desfogan los niños y los no tanto.
Caminar es una filosofía muy sana de vida. Ya lo escribía DAVID LE BRETON, en su libro Elogio del caminar y daba cuenta de la significancia de su virtud redentora: “Pasar por los lugares comunes de incógnito, huir de los caminos trillados para inventar un camino nuevo con los propios pasos”.
USUE MENDAZA
Otro bonito y ameno paseo de tu mano. Me gusta que nos enseñes y nos guíes a través de rutas tan magníficas. Empiezo a engancharme a este cuaderno de viaje tuyo, tan personal y lleno de notas tan interesantes. Gracias.
Gracias a tí, Amelia, por saber apreciarlo. Un abrazo enorme