VOZ PARA EL RECUERDO
El 24 de junio de 1935 en el aeropuerto de Medellín (Colombia), fallecía Carlos Gardel en un desgraciado accidente. Su avión que iba con destino Cali, despegó de la pista pero no pudo levantar el vuelo y colisionó con el Manizales, otro avión que se encontraba esperando la salida. Viajaba con su equipo artístico formado por los guitarristas, José María Aguilar, Ángel Domingo Riverol, Guillermo Barbieri y el poeta y guionista de sus últimas películas y, letras de tango Alfredo Le Pera. En el pasaje iban también su asistente y fotógrafo artístico, José Corpas Moreno, el piloto Ernesto Samper, su ayudante Willy Foster y cinco tripulantes más. De un total de 13 pasajeros, únicamente se salvaron Josep Plaja, Grant flynn y el guitarrista José María Aguilar.
Del Manizales fallecieron todos sus ocupantes: 2 pilotos y 5 pasajeros.
A los 86 años de aquel suceso, todavía somos muchos los que recordamos al Zorzal Criollo, El Morocho del abasto o El Mago, como se le llamaba cariñosamente a Gardel.
Que duda cabe, que desde el comienzo de aquella edad de oro, hubo excelentes intérpretes, poetas y músicos, que con sus creaciones, aportaron junto a la voz del genio, todo aquello que se necesitaba para elevar al tango desde el suburbio a un merecido altar.
Por ese motivo, también yo he querido dejar unos versos a su recuerdo, sin olvidar nunca a todos aquellos artistas que de alguna forma u otra, contribuyeron al nacimiento del tango-canción y llevaron su arte, su música y su baile, por todos los confines de la Tierra.
A LA MEMORIA
DE
CARLOS GARDEL
Las guitarras de Barbieri
ya no suenan por despecho;
gimió triste el bandoneón,
sus notas enmudecieron.
*
Él se marchó para siempre
con su risa y su embeleso;
te fuiste Gardel, te fuiste,
dejando un gran sentimiento.
*
Las cuerdas de un guitarrón
resonaron en el cielo,
y al eco profundo y, vivo
Riverol, movió sus dedos.
*
Contursi, llenó de estrofas
lo más grande de sus versos,
junto a Celedonio Flores,
Manzi, Le Pera y Carriego.
*
Cadícamo y su -Nostalgia-
puso voz y, con Discépolo,
-Qué Vachaché- y -Cambalache-
dieron fe, razón y ejemplo.
*
Él cantó ese -Caminito-
de Juan de Dios Filiberto,
-Mi buenos Aires querido-
-Golondrinas- y -Silencio-
*
Luego, marchó para siempre
con su luz y su embeleso;
te fuiste Gardel, te fuiste,
dejando tu voz al viento.
Autor: Juan A. Galisteo Luque
Del libro: Café Boulevard
Imagen: Gentileza Fotos Pixabay