«Nadie nos valorará si no lo hacemos nosotros primero»
Que un artista español como Antonio Banderas haga gala de su origen malagueño con orgullo, de su pertenencia a una comunidad que habla la lengua cervantina y tiene carácter propio es, en cierto modo, algo a lo que no estamos acostumbrados. Los personajes de la cultura española parecen preferir usar su relevancia internacional para hacer llegar la imagen de una España política retrógrada, como si nuestra cultura común no estuviera por encima de los avatares de los gobiernos y las ideologías de los países que conforman la Hispanidad.
Antonio Banderas, hijo de un policía y una profesora de instituto, nació en Málaga el 10 de agosto de 1960 y, aunque vive en Estados Unidos, ha sabido mantener los pies en la tierra sin dejarse llevar por los cantos de sirena de la popularidad más engañosa. Cada vez que acude a su tierra, respeta sus tradiciones y se suma a ellas con el amor que la tradición aporta a nuestras raíces más profundas. Esas que nos sostienen, dan carácter y apuntalan el conocimiento de nosotros mismos y nuestra historia.
Os dejo el discurso que dio al recoger el último Premio Platino en Marbella, y lo hago no sólo por lo que dice, sino por como lo dice. La precisión en el lenguaje, donde cada palabra es usada con corrección, sin que sobren ni falten adjetivos, trasmitiendo con nitidez un mensaje integrador y valiente sobre los valores que nos unen: «Sin enfrentamientos, con el corazón abierto, con la curiosidad por bandera y con la idea clara de que, aunque todos amamos nuestros países de origen, podemos sin duda abrazar la idea de lo latino y el orgullo de sentirse hispanos».
Con las ideas claras y sin complejos, haciendo hincapié en el esfuerzo como valor necesario para conseguir objetivos: «Crisol de comunidades que hablan la lengua cervantina… que aportan valores apoyados en su propia dignidad: el trabajo duro, el sacrificio y el poderoso regusto de sentirse unidos contra nadie».
Termina con una cita de Cervantes que es el buque insignia de este portal y de todo aquel que quiera entender de donde nace «La locura insensata, los anhelos irreprimibles y la vocación ansiosa por la aventura». El caballero de la triste figura, en sus momentos de lucidez, nos dejó mensajes como esta frase que nos recuerda Banderas y que deberíamos tener presente cuando el camino es arduo y las dificultades nos abruman: «Como no estás experimentado en las cosas del mundo, todas las cosas que tienen algo de dificultad te parecen imposibles. Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades».
Brillante, emotivo y aleccionador el discurso de Antonio Banderas.
Luisa Núñez
CEO del Portal Canal Literatura
Especialista Universitario en Sistemas Interactivos de Comunicación
Enhorabuena Luisa, por destacar este maravilloso discurso y su ejemplaridad.
De Antonio no se puede olvidar lo impecable y elegantemente que representa a nuestro país. Tiene talento, tiene voz, las formas precisas y la actitud perfecta. Y lo mejor de todo es que, con todo ello, ensalza nuestra maravillosa lengua y distingue nuestra cultura.
Gracias Luisa. Un abrazo.
Una auténtica lección. De humildad y de generosidad. De altura de miras.
Muy oportuno Antonio y muy oportuno tu artículo, Luisa, en estos tiempos en los que se intenta ningunear nuestra cultura y la lengua de Cervantes. A Antonio, además, lo engrandece el decir lo mismo fuera que dentro de nuestras fronteras; algo que parece de obligado cumplimiento y que no lo es. Y estoy con él en que «nadie nos valorará, si no lo hacemos nosotros primero»
De acuerdo con los conceptos de Antonio Banderas, la patria se ama y respeta por su historia, no por los malos momentos que opacan artes, lengua y costumbres.
Hermoso video para disfrutar, agradezco y valoro, Luisa, esta entrega y tus palabras.
Un abrazo
Betty
A mi ha emocionado por esa sencillez con la que nos muestra como mantener una posición propia con rigor y altura de miras, como dice Manuel, porque hay cosas que están muy por encima del aquí y ahora. Y más esa frase en el que dice que podemos estar «unidos contra nadie».
Como dices Amelia, se echa de menos la elegancia impecable frentea la vulgaridad imperante.Hay que reconocerle el señorío que demuestra al defender todo lo positivo de nuestra lengua y cultura que, como dice Carmen, debemos defender primero nosotros.
Me alegra Betty, que desde Argentina compartamos la Hispanidad.
Un beso a los cuatro.
Estoy de acuerdo contigo, Luisa, me parece un tipo muy majo y coherente. Un abrazo.
Palabras como las suyas, que son también de aliento y de verdad, nos vienen bien de vez en cuando. Y lo que más me gusta de él es su sencillez y su cercanía.