La superpoblación
Casi no creo en casualidades y sí en mirar los hechos desde todos los prismas habidos y por haber.
No soy mujer de conspiraciones pero sí utilizo la lógica y, aunque no me guste nada lo que tengo que contar en este artículo, sí estoy en el deber de hacerlo saber para que cada cual lo analice, utilizando el libre albedrío y sobre todo el poder de pensar.
¿Crees que muchas de las enfermedades/virus mortales que afloran como algo nuevo son fruto de la casualidad o han sido creados en laboratorios y soltados como medida de freno ante la superpoblación?
¿Crees que “los que dirigen el mundo de verdad” estarían dispuestos a eliminar a parte de la población si con esa medida se pudiera salvar a nuestra especie de la extinción?
¡Uff…! Se me eriza el vello ante estas preguntas, pero tampoco quiero activar en mi mente el mecanismo de NEGACIÓN que aprendí leyendo la última novela de Dan Brown: Inferno.
“La mente humana tiene un primitivo mecanismo de defensa que niega cualquier realidad que provoque un estrés excesivo al cerebro. Se le llama negación.
La mente bloquea nuestros miedos existenciales y se centra en cuestiones que podamos afrontar. Para sobrevivir, nos deshacemos de los miedos existenciales tan rápido como podemos y dedicamos nuestra atención a tareas simples y trivialidades diarias.”
¿Y por qué digo todo esto?
Nos levantamos hace poco con la noticia de que el virus del ébola está sembrando su particular manto de destrucción en África. Una noticia lanzada justo una semana después de que se alertara sobre la superpoblación.
Comenzó, el ébola, en una aldea de Guinea, ya ha llegado a la capital de Guinea, Conakry, y se está extendiendo a Liberia y Mali entre otras.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) resta importancia postulando que es un hecho aislado, que se está trabajando en ello aunque lamentablemente no hay tratamiento, ni vacuna, ni cura —de momento—, para tan mortífero virus aunque se están poniendo a prueba varias vacunas experimentales que podrían pasar varios años antes de que lleguen a usarse.
Veo normal que no se quiera alarmar a la población pero tampoco veo bien que se mal informe.
¿Por qué digo que se mal informa?
El virus del ébola es un virus creado en laboratorio cuyos síntomas al principio son: fiebre súbita, debilidad intensa, dolor muscular, de cabeza y garganta. Cuando se va agravando le siguen vómitos, diarrea, erupciones cutáneas, disfunción renal y hepática y en algunos casos hemorragias internas y externas.
¡Pues bien!, ese virus creado en laboratorio se les ha ido de las manos a sus creadores, bajo mi humilde opinión, o algo peor.
Antes he comentado que no soy persona de teorías conspiranoicas —ni nada por el estilo—, pero tampoco me considero una persona estúpida y, desde luego, sé ver las señales cuando las ponen por el camino. Pero no quiero desviarme del tema, a pesar—y lo repito de nuevo, muy, muy en serio— de que no es un tema que me agrade.
Eso de que el ébola no tiene cura es una apariencia, más bien deberían decir que de cara a la galería conviene decir que no hay cura.
En Fort Detrick —instalación militar de alta seguridad cercana a la capital de EE.UU.—, hace un año que un equipo científico inoculó el virus del ébola a un grupo de macacos. En los días siguientes, los monos comenzaron a sentir los síntomas de la infección, normalmente la antesala de la muerte: vómitos, escalofríos, fiebre e incluso hemorragias por todos los orificios del cuerpo.
Al cuarto día los macacos recibieron por vena un cóctel de proteínas producidas en el laboratorio, capaz de pegarse al virus y derrotarlo. Este ensayo previo conocido como MB-003 fue efectivo en un 43% de los casos, que se recuperaron tan solo una hora después de la infección.
Pues bien, diríamos todos, ya está… solución encontrada… ¡Pues no!
Lamentablemente por falta de presupuesto, de apoyo económico, la vacuna contra el virus del ébola está estancada. Al menos es lo que cuenta el biólogo estadounidense Larry Zeitlin, uno de los padres del cóctel de proteínas MB-003 del cual he hablado antes:
“Recibimos financiación del Gobierno de EEUU, pero llega a borbotones, lo que hace muy difícil desarrollar rápidamente un fármaco a pesar de que el Ejército de EE.UU. está interesado en el ébola por temor a que un grupo terrorista lo utilice como arma biológica. Lamentablemente el apoyo privado aceleraría el desarrollo pero los inversores generalmente no están interesados en productos como este por no ser rentables.”
¡Increíble! ¿Supuestamente el Ejercito está interesado en el ébola por temor a que lo utilice un grupo terrorista y no hay fondos para seguir avanzando en la vacuna?
No sé si sabes que esta vacuna fue considerada como muy prometedora y que se destinaron al menos 140 millones de dólares para desarrollar el llamado ARN de silenciamiento.
Y me dirás y con toda la razón: ¿Qué es el ARN de silenciamiento?
Imagina un instrumento de transporte que es una nanopartícula blindada que funciona como un taxi, de esos pequeñitos, de micro machine. Como pasajero lleva el material genético, el ARN de silenciamiento, y su destino es apagar el gen del virus desde dentro, pegándose a él.
Suena a película de ciencia ficción… pero es totalmente real y ¡funciona!
Pues bien, a pesar de todo este avance descomunal, de utilizar algo tan puntero como las nanopartículas, todo el estudio se deja en posición de stand by por falta de apoyo económico, a pesar de ser tan importante para el Ejército cara a una posible utilización por grupos terroristas. ¡Un poco extraño! ¿No te parece?
Como extraño me parece el patrón de comportamiento que tiene el virus del ébola, que, según los expertos, es un “virus imprevisible, aparece en aldeas remotas y hace muy difícil probar fármacos en los afectados”.
Antes he comentado que ha sido creada en laboratorios, y que cara a la población no hay cura aparente, pero ¿por qué lo afirmo tan categóricamente?
¡Verás!, gracias a la información y al camino a seguir que me aportan mis fuentes, me llevaron a dos artículos cuanto menos significativos.
Uno de ellos fue publicado en el diario El País el 27 de octubre de 1986 y en él se aclamaba:
“Tres científicos afirman que el virus del SIDA fue creado en laboratorio por científicos estadounidenses.”
“El profesor Jacob Segal, ex director del Instituto de Biología de la Universidad de Berlín, indica que la creación artificial del SIDA se produjo en un laboratorio secreto de Fort Detrick, en Maryland, Estados Unidos.”
Al principio no entendía nada, ¿por qué me indicaban que siguiera este camino? Hace años, cuando el SIDA estaba en pleno auge, recuerdo que fue negado una y mil veces que este virus fuera creado en laboratorio… Años más tarde y miles y miles de víctimas después tuvieron que afirmar que el virus del SIDA se les escapó del laboratorio. Lo que no sabía y ahora aprendo es que fue del mismo Fort Detrick. Sí, el mismo del ébola de ahora.
Segundo artículo publicado en la revista QUO el 25 de marzo del año 2013:
“Roban extraño virus de un laboratorio en EE.UU.”
“El aenavirus originario de Venezuela puede causar fiebre hemorrágica y ser utilizado como arma biológica convertido en aerosol. La desaparición fue detectada durante una inspección de rutina en la Universidad de Texas Medical Branch (UTMB) donde descubrieron que les faltaba un vial de cinco que tenían. La universidad precisó que no había sido violada la seguridad.”
Cuando leí estos dos artículos lo primero que pensé fue… ¡Vamos a ver! Roban virus, desde dentro del laboratorio… y no pasa absolutamente nada. ¿Qué tienen, expuestas la cepas de virus como mercancía en un supermercado?
Si esto me puso el vello de punta, todavía lo fue más saber que no solo estas cosas extrañas ocurren en EE.UU.
China, sin ir más lejos, se jactaba en la primavera del año pasado, 2013, de haber creado en laboratorio un virus letal para la humanidad, uniendo la cepa de la gripe aviar con la gripe común que cada año afecta a la población mundial.
Según los expertos, aunque la gripe aviar no es letal para el ser humano, pero sí para las aves, no ocurre lo mismo con la gripe común, que se contagia con facilidad entre el ser humano. La unión de estos dos virus podría crear una mortandad de entre 200 y 500 millones de víctimas, siendo optimistas.
El virólogo del Centro médico Erasmus “Ron Fouchier” de los Países Bajos experimentó con este virus y tuvo que abandonar el experimento —como alma que lleva el diablo— ya que las garantías de protección de los laboratorios no eran suficientemente seguras para lo que estaba manipulando…
Y me pregunto yo…
¿Con qué poder se erigen dioses o demonios? ¿Para qué quieren los gobiernos jugar al “Quimicefa”, con algo tan peligroso, mortal y letal como los virus? ¿Qué persiguen? ¿Cuál es su fin?
No nos engañemos, nadie invierte ingentes cantidades de dinero si no espera recibir algo a cambio.
Al principio he hecho alusión a la novela Inferno de Dan Brown, que, como sabrás, trata de algo tan políticamente incorrecto como es la superpoblación. Pues bien, sigo tirando un poco más del hilo si estás interesad@.
El azar —ese que no existe— hizo que, mientras el verano pasado leía la novela de Dan Brown, llegaran a mi correo electrónico varias entrevistas para que las leyera con detenimiento. Una de ellas era de una persona, muy bien posicionada —demasiado bien posicionada—, dentro de ese grupo de poderosos, de esos que controlan de verdad el mundo. Una persona que ellos consideraban afín a sus ideales, pero que les salió rana, como dicen en mi pueblo. Rana porque tiene conciencia. Rana por que se negó a jugar a ser Dios o Demonio.
Esta persona, voy a llamarla X, se vio inmersa en una conspiración-hecho para reducir drásticamente la población.
Uff! Suena fuerte pero déjame por favor que, resumidamente, cuente lo que explicaba el e-mail.
Esta persona X se vio inmersa años atrás en una reunión donde con todo lujo de detalles se habló y perfecciono “La Guerra Perfecta”.
“Empezarían por la desestabilización de gobiernos para crear revueltas sociales y el caos”. La misma desestabilización que hemos visto en la denominada Primavera Árabe, la misma desestabilización que estamos viendo en Ucrania.”
“Toda esta desestabilización de Gobiernos entrantes y salientes debía estar finiquitada antes de que ocurra Un gran suceso geofísico en la Tierra como lo llaman ese Grupo de poderosos, que nos afectará a todos.”
Precisamente fue lo descrito en mi novela Lo Inesperado-The Unexpected sobre los sucesos geofísicos en la Tierra lo que llamó la atención del Señor X y el mensaje positivo que la novela transmite y no el negativo y partidista del Grupo poderoso que él presenció.
“Esa desestabilización —explicaba el señor X— debe de ocurrir antes del Cataclismo para que se pueda asumir el control —su control— e imponer una Plutocracia, un sistema de gobierno en el que el Poder lo ostentan quienes poseen las fuentes de riqueza, combinándolo con una aristocracia y una “democracia” ficticia” para mantener al rebaño.”
Pero sigo avanzando, aunque os aseguro que cuesta y bastante…
“El segundo objetivo: reducir drásticamente la población de la Tierra utilizando la guerra bacteriológica en lugar de una guerra convencional. Desde su punto de vista y siempre analizando la historia, toda guerra ha logrado siempre un objetivo principal, disminuir la población activa y establecer una nueva estructura, una nueva jerarquía… Sí un nuevo Orden Mundial.”
“Pero había y hay un coste innegable, el coste que menos gustaba a ese grupo de poderosos”: la destrucción de Patrimonio. “Una cosa es destruir a la masiva población pero otra muy distinta destruir el Patrimonio, el legado de nuestros ancestros, a no ser estrictamente necesario”, explicaba lo revelado en aquella reunión el Señor X.
¡Ufff! Yo no sé tú, pero yo debo respirar muy profundo a pesar de conocer que todas estas maquinaciones para hacer un Nuevo Orden Mundial no es nuevo. Y que después de terminada la Segunda Guerra Mundial Henry Kissinger, traductor de alemán del General Alexander Bollings, controló el Proyecto PaperClip, que consistía en la exfiltración secreta de unos 2.000 nazis de alto nivel entre los que se encontraban militares, investigadores, médicos y Erich Traub, el mayor desarrollador de armas biológicas de Hitler y experto en virus.
Algo se pegaría de estos planes de los científicos cuando Kissinger, en una tesis doctoral en 1955, argumentó que:
“El concepto de paz sobre la tierra es ingenuo. La paz debe ser asegurada por la creación de pequeñas guerras alrededor del planeta en una base continuada para mantener un orden internacional de poderes económicos y por supuesto, tener a la industria militar feliz.”
Desde luego, si analizamos la historia, muchas pequeñas guerras se han producido a lo largo de este tiempo y, por lo que veo, según el e-mail del Señor X…, poco ha cambiado el concepto de manipulación. Pero ¿de verdad estarían dispuestos a matar hoy a la mitad de la población si con eso pudieran salvar a nuestra especie de la extinción?
Y me hago otra reflexión que la extiendo a vosotros:
¿Qué harías tú si por error te encuentras en una reunión donde se decide a quién salvar y a quién no de una superpoblación? ¿Qué harías si tuvieras derecho a voto?
Citando nuevamente el libro de Dan Brown pero convirtiéndolo en pregunta:
¿El sacrificio selectivo es un mal necesario para salvar el planeta?
Yo solo os puedo decir para terminar con el artículo de la superpoblación y de la enfermedad del ébola lo que venía publicado en un periódico regional:
“Los servicios de Salud Española advierten a los puertos marítimos de la costa levantina que estén en alerta por el Virus del Ébola.
“El centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias informa de la exigencia de la Declaración Marítima de Sanidad para la obtención de la libre plática a todos los buques que procedan de Guinea Cronakry y de Liberia”.
La Libre Plática, para aquel que no lo sepa, es el documento por el que una embarcación posee la autorización aduanera competente para realizar libremente las operaciones de embarque y desembarque así como la comunicación de enfermedad de cualquier pasajero y la certificación de que ninguna persona de las que viaja a bordo tiene enfermedad alguna.
Pero resulta que en París ya han inmovilizado y puesto en cuarentena durante dos horas un vuelo procedente de Guinea por alerta de ÉBOLA. Tras tomar la temperatura y comprobar que no había ningún pasajero afectado, comprobaron que la sospecha estaba infundada.
Respiremos profundamente y supliquemos que la cordura reine en cada corazón porque, si bien es cierto que la Superpoblación es preocupante y debemos controlar la natalidad, también es cierto que ¡nadie debe jugar a ser Dios!
Rebecca van Winter (mayo 2014)