Conspiración para secuestrar a su hija, Malia Obama
Hola de nuevo:
Ayer, me saturé. Como la esferita del móvil dando vueltas y vueltas buscando cobertura.
Soy humana, siento, padezco, respiro y encima debo asimilar experiencias que otras personas, aunque sé que poseen, no se atreven a reconocerlo públicamente.
Confusa, también es la palabra…pero no te preocupes, hoy vuelvo a poseer esa energía que «ellos» dan por las noches a los «trabajadores de la luz» como lo apoda un amigo periodista y locutor.
Para aquel o aquella que no haya leído el primer artículo; Conspiración para asesinar a Obama; Conspiración para secuestrar a su hija, Malia Obama (I); Explicaré, que en sueños, siempre en sueños, pero muy, muy reales una mujer, sabia, arcana, diferente y tremendamente carismática de nombre Yaiza me ha explicado acontecimientos, situaciones, historias, que poco a poco con el devenir del tiempo se han convertido en realidad. Otras historias, simplemente aguardan a ser realidad.
Esta vez el sueño fue diferente, impactante y estremecedor—por lo menos para mí.
Hay dos células «terroristas», distintas que están orquestando, fraguando y preparando lo que anuncio como cabecera. Asesinar a Obama y Secuestrar a su hija.
La primera célula más adelantada en organización es la que trabaja en el secuestro de una de las hijas de los Obama. Apuestan por la mayor, por Malia y te explico extensamente todos los detalles que ella, Yaiza me desveló en el primero de los dos artículos.
En este segundo, me centraré en la segunda célula «terrorista» que se prepara desde dentro de la Casa Blanca-The White House para atentar y eliminar al Presidente Americano Barak Obama.
¡Uf! ¡Sí, respira profundo!, yo ya lo hice. Ya me saturé bastante ayer pero hoy—como bien he indicado al principio—vuelvo a llenarme de «valentía» para relatar todo aquello que ella, Yaiza vaticinó.
¡Allá voy!
Dejé la narración de Yaiza en ese punto en el que debía buscar información de las autenticas chapuzas del Servicio Secreto y eso he estado haciendo…pero si te parece bien primero transmito todo lo que ella y yo hablamos; solo adelantar que no me invento nada… , simplemente la realidad nuevamente supera la ficción y si no te gusta lo que lees, lo que escribo desde aquí te digo…Adiós.
«…Nuevamente me deja perpleja, me deja sin habla. Solo acierto a respirar. Respirar lento, respirar pausado dejando así que el aire invada mis pulmones antes de saber que ese ha sido el relato de la primera «célula» como ella lo denomina que pretende atentar contra la familia Obama…¿y ahora qué?
—¿Y ahora qué? te preguntas—alarga su dedo y toca mi frente—grábate ahí, para cuando despiertes, que debes buscar información en la prensa de las múltiples torpezas que se están cometiendo en la protección del Presidente. Busca información, no solo en España, donde aparecen apenas unos retales…busca también en la prensa americana, allí están muy preocupados con todo lo que está ocurriendo.
Sube las manos y las posa nuevamente sobre mis hombros.
—¿Estás ya preparada para la segunda confesión?—sonríe quitando así un poco del mucho hierro que tiene esta situación.
—¡Sí!…creo que sí—acierto apenas a dar la orden a mi cerebro para que las palabras formen una frase…, esa frase.
Yaiza mira dentro de mis ojos. Siento como penetra hasta encontrar, palpar, sentir y contactar con lo más profundo de mi ser.
—Me gustaría está vez practicar la conexión «mente-mente»
Los ojos se me salen de las órbitas.
«¡Guau! ¡Alucino! ¡Me encanta esta parte!»
Yaiza sonríe.
—Pero tienes que estar relajada, ya lo sabes.
Resoplo.
—¡pues anda que eso no es difícil!
—¡No es tan difícil!, te lo he explicado cientos de veces, ¡Ven! ¡Acompáñame!
La sigo.
Caminamos juntas por la senda que nos lleva hasta el borde del lago.
Miro extasiada tanta belleza. El color verde en todas sus gamas empapan mis ojos.
Impresiona contemplar esos árboles enormes llamados por mi «de la sabiduría». Impresiona ver la magnitud de sus ramas y hojas y más impresiona ver como se acercan a ellos, como una polilla a la luz; cientos, miles de esferas de colores de distintos tamaños que revoloteando, se posan sobre los árboles, livianas como una pluma. Las mismas esferas de energía que forman parte del engranaje de cada Planeta.
Inspiro profundamente. Es tanta la paz que transmite ese lugar, «La Suiza de Paraíso».
Yaiza coge mis manos, enfrente la una de la otra.
—Cierra los ojos y deja tu mente en blanco; inspira y expira pausadamente siempre con la mente en blanco ¡Ya lo sabes!—dibuja una sonrisa en la cara—¡Ah! y dime qué ves.
Cierro los ojos obedientemente.
«¡Tengo que lograrlo!¡Ésta vez lo conseguiré!— Inspiro profundamente— ¡Qué bien huele, madre mía!, aunque no sé distinguir el aroma…»
—¡No estás dejando tu mente en blanco! ¡Deja ya de hacerte preguntas y concéntrate!—me riñe de forma cariñosa.
—¡Vale, vale!…llevas razón—me excuso abriendo los ojos y deslizando la retina por la bella estampa que tengo delante de mi.
Levanto los hombros, muevo el cuello en un intento por relajarme y vuelvo a apretar las manos de Yaiza que siguen unidas a las mías y está vez sí, cierro los ojos sin pensar en nada.
Noto y veo un caleidoscopio de luces. Mil y una lucecitas en tonalidades pastel que se expanden por mi mente como una niebla de color en una televisión antigua.
La niebla pastel da paso a una sucesión de imágenes rápidas, muy, muy rápidas. Imágenes animadas, imágenes inanimadas…¿Qué es esto?
Noto un regusto amargo, una arcada que intenta trepar por mi laringe. Un mareo acompaña a la sensación de angustia…pero rápidamente se pasa.
Centro mi atención en esas imágenes tal y como ella en otras ocasiones me ha explicado y enseñado. Deseo con toda mi alma que vayan más lentas para poder captar los detalles, pero lamentablemente…¡nada! Siguen bailando delante de mi, desafiantes, bravuconas, retadoras; apareciendo y desapareciendo de mi mente a una velocidad endiablada. Noto presión en las manos…
«¡Más lento!¡ordena que vaya más lento!»
«¡Eso hago!»—aclaro a Yaiza.
«¡Otra vez!»
Sigo sus instrucciones y lo pido, lo deseo con más convicción, con más energía y ahora sí…¡por fin! ese carrusel de imágenes va deteniendo su viaje.
«¡Un momento!¡Distingo algo!»—aprieto el ceño—¡Un señor!…—muevo la cabeza negativamente—¡no, no es un señor! ¡es un chico joven!, no debe tener más de treinta y pocos años; Pelo muy corto y mechado en canas. Lleva corbata y gesticula mucho…¿está enfadado?…¡Espera, espera!—muevo la cabeza—hay otro hombre vestido de militar con muchas condecoraciones prendidas en su chaqueta y está sonriendo, intentando tranquilizar al señor de la corbata»
La imagen se va. Se pierde de mi vista. Se ha cerrado como una carpeta al darle al aspa de minimizar, pero rápidamente otra imagen ocupa su lugar. Otra imagen sacude mi mente, haciendo que desplace la cabeza hacia atrás.
Yaiza tira de mis manos.
«¡Tranquila! céntrate en la imagen nueva»
Insuflo aire. Estoy nerviosa.
«Segunda imagen: Otro lugar; otro espacio distinto»—. Hago un guiño con los ojos. Me duele ligeramente la cabeza.
«¡Lo estás haciendo muy bien, Rebecca! Pero enfoca más, un poco más»
«¡Ya, ya está…enfocado!–sonrío—. Sí. Un hombre de treinta y pocos años, de piel blanca y una chica de piel dorada sentados en la parte trasera de un coche gris plateado, mientras escuchan atentos a otro hombre mayor de mirada profunda y oscura—me remuevo inquieta. Una alarma sacude mi instinto interior—¡No me gusta¡, este último caballero no me gusta!»
Intento librarme de la imagen. Intento soltarme de las manos de Yaiza.
«¡Fija un objetivo! ¡no lo pierdas!…¡lo estás haciendo muy bien!
Inspiro y expiro; inspiro y expiro.
«Objetivo fijado:coche gris, una berlina moderna, actual, creo que de marca Toyota. Un hombre y una mujer dentro del vehículo…atentos muy atentos a las palabras del individuo sentado frente al volante. Éste les explica algo, mientras les acerca un plano de un edificio. Es un plano de planta»
La imagen se marcha, ya no veo más detalles y la sensación de mareo regresa aunque es más tenue. Siento la energía que Yaiza transmite, ascender por mi columna vertebral. Noto y siento como se expande por todo mi ser mientras una tercera imagen acude a mi mente.
«Tercera imagen: Mismo joven de pelo corto y entre cano. El mismo hombre del coche pero ahora se encuentra en un edificio elegante, muy elegante, antiguo y poderoso. Se dirige hacia un interruptor para apagarlo mientras observa no ser vigilado—¡No!. No es un interruptor, es una…—intento fijar la vista—¡Es una…!—intento llenar mis pulmones con aire, que no llega—. ¡No puedo! ¡no puedo fijar la vista ¡me mareo!
Deseo e Intento enfocar la imagen y para ello aprieto mis ojos ya cerrados—¡No puedo, no puedo! Comienzo a ponerme nerviosa.
—«¡Sí puedes! ¡lo estás haciendo muy bien!, centra tu energía allá donde desees observar»
Vuelvo a intentarlo. Las imágenes regresan hacia atrás como si hubiera accionado el botón «retroceder» del mando a distancia…¡Uau!
«¡Ahora, detén la imagen donde tú quieras!»
«¡Aquí»
La imagen queda congelada…¡Uau!—sonrío y noto el leve apretón de la mano de Yaiza.
Vuelve la imagen del joven de pelo corto y hebras plateadas. Lo veo dirigirse a una pared y desconectar una alarma mientras sonríe satisfecho mirando hacia el exterior de una ventana.
La imagen se eleva… se va, rápida, vertiginosa como una cámara de video con patas que ha cobrado vida. De repente se detiene en una cuarto; en una puerta de madera blanca que permanece semi abierta. La cámara fisgonea, se introduce dentro de la habitación. Monitores, muchos monitores…—«¡Uau! ¡Es una sala de control!»— Delante de los paneles se encuentra, esa mujer del coche gris plateado; esa mujer de bellas facciones raciales, de piel dorada, de media melena oscura como la noche y lisa como una tabla. De percha impecable y mirada astuta, muy astuta. De ojos intrigantes e intimidantes.—«¿Qué hacer?»—. La cámara, mis ojos, se acercan un poco más…la veo extraer algo de un monitor; coge un cd y se lo guarda mientras sus ojos se tornan perversos y el bello de mis brazos, simplemente se eriza.
La niebla de colores comienza a envolver las imágenes; se las traga una a una como un sumidero consume el agua.
Un individuo corre ahora despavorido, los ojos grandes, fuera de sí. Lleva algo en la mano que no acierto a ver mientras corre, corre y corre por un lugar verde. Centro mi atención en la mano y en lo que lleva mientras la imagen se desplaza al joven de pelo plateado que lo ve, lo observa y… sonríe.
¡No me gusta!—mi corazón se acelera—¡no me gusta lo que veo! Suelto las manos de Yaiza como si éstas fueran la electricidad y yo un objeto de metal.
Abro los ojos mientras mi corazón baila sin ningún tipo de control.
—¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes?
Emito una sonrisa bobalicona.
—Aturdida.
Yaiza me mira con la palabra comprensión escrita en sus pupilas.
—¡Es normal!—despeja el pelo de la cara—, pero cada vez lo haces mejor.
—Sí, pero lo de retroceder imágenes no lo había practicado nunca.
Yaiza sonríe
—¿Y te ha gustado?
Muevo negativamente la cabeza.
—¡Sí y no!. Sí, por la experiencia. No, por lo que veo—la miro a los ojos—No me gustan…ellos—agito de nuevo la cabeza—No. No me gustan.
Yaiza inhala el aire que nos rodea, se llena de él mientras cierra los ojos.
—No es fácil asimilar todo lo que has visto.
—¿Es la otra célula?¿Cómo tú los llamas?
Yaiza asiente.
—La última imagen no hace falta que me la expliques…leí en prensa lo del hombre que se coló en la Casa Blanca ¿Por qué era la Casa Blanca? ¿Verdad?
Yaiza asiente mientras me observa.
—Lo que no había leído ni sabía, es que alguien desconectó la alarma desde dentro…—La miro buscando una confirmación.
—Así es, Rebecca. Desde dentro de la Casa Blanca se desconectaron las alarmas perimetrales para que ese individuo pudiera colarse dentro de la residencia presidencial.¡Y sí!, tal y como estás pensando ahora mismo el chico y la chica que has visto son del servicio secreto.
Asiento y dejo transcurrir unos segundos de silencio.
—¿Y la primera y la segunda imagen?…el señor con traje militar y el señor que entrega los planos en el coche ¿son los que dirigen?
—¿Tú qué crees?
Asiento.
—Así es, lamentablemente las chapuzas que ahora todos conocemos del Servicio Secreto, no son tales chapuzas, sino un plan muy bien orquestado para facilitar las cosas de cara a un magnicidio. Las personas que has visto en las dos primeras imágenes, solo son las cabezas visibles de un grupo de militares y de empresas armamentísticas que desean acabar con la vida del Presidente, tal y cómo dijiste en tu novela Lo Inesperado…Ya ves, no has fallado.
—¡Ya!—bajo los ojos angustiada para subirlos al cabo de unos segundos y sostener su verde mirada—¿Otra vez por dinero?
—¡Cariño! En tu planeta todo tiene que ver con el dinero. Esta vez, mejor dicho, esta otra célula tiene enfilado a Obama desde que pasara la tijera por el departamento de defensa. Según ellos en estos años Obama les está haciendo perder dinero, mucho dinero—emite una sonrisa mordaz mientras pierde la vista en la tranquilidad del lago—Vieron un rayo de esperanza cuando Rusia y Ucrania empezaron con sus rencillas políticas y territoriales. Presionaron primero muy fuerte para que interviniera EE.UU. abiertamente a favor de Ucrania y en contra de Rusia—,sonríe tristemente mientras busca mi mirada—. Así tenían la excusa perfecta con la que vender armamento, ellos y sus socios Europeos. ¡Fíjate!, estaban y están dispuestos a todo; enviar tropas; bombardear posiciones. Cualquier alternativa es válida para vender armamento y probar sus nuevos experimentos, sus nuevos juguetes, como un nuevo sistema de invisibilidad que han desarrollado, para barcos, aviones y soldados…
Me agobia, todo esto me agobia.
—… Y por supuesto, dispuestos a todo, para probarlos a gran escala. Cuando Crimea fue invadida, ellos se frotaban las manos—niega apesadumbrada, la cabeza—todo es valido para seguir engordando y engordando sus ya de por sí abultadas cuentas—se percata de mi palidez—¿Te encuentras bien? Si te agobias no sigo hablando.
—¡No, por favor! continua, es que simplemente todo esto es superior a mí.
—¡Lo sé cariño, lo sé!—encoge los hombros—¿Qué deseas conocer ya, que tú no intuyas?
Doy un ligero puntapié al suelo.
–¡No sé, Yaiza! Lo veo todo tan absurdo. Todos los humanos estamos cansados de guerras, queremos vivir en paz, además, a Obama le queda nada de mandato.
—¿Tú crees que todos pensáis así? Lamento decir que no. Todo es válido, para los intereses de los más avispados… recuérdalo. Lamentablemente ellos no piensan como tú. Éste presidente no les sirve, muestra tibieza frente a los Yihadistas, cuando según ellos, ya deberían haber utilizado armas químicas, armas nucleares si es preciso para así arrasarlos a todos. Según ellos otro presidente sí lo haría. Obama no les es útil y día que pasa es día perdido para sus intereses económicos»
Hasta aquí, te dejo su relato, mi sueño.
Solo el tiempo dirá, si se trata de eso, de un sueño o si verdaderamente sucede y entonces adquiere el grado de premonición, de vaticinio acertado.
Lo que sí puede explicarte es lo que he estado haciendo durante estos días. Informarme y preguntarme ¿por qué? ¿A qué vienen tantos fallos en la seguridad del Presidente?
Que yo sepa tantos y tan graves «fallos» nunca se han producido desde que se creó el States Secret Services para proteger la integridad del Presidente de los Estados Unidos y su familia.
Antes de hablar con Yaiza, antes de conocer todo lo que me narró. Solo con leer la prensa me asaltaban infinidad de preguntas—supongo que como a todo hijo de vecino—sobre las cosechas de infortunios de unos cuantos individuos del servicio secreto de La Casa Blanca.
Infortunios que ha llevado a la dimisión de Julia Pierson, jefa del Servicio Secreto durante 18 meses, tras una investigación por parte del Congreso de EE.UU.
Julia Pierson que sustituyó al hasta entonces jefe de seguridad Mark J. Sullivan que también tuvo que abandonar su puesto tras otro escándalo.
Pero mejor reproduzco los «fallos» más conocidos que han corrido como la pólvora y han sido explicados con todo lujo de detalle en muchos periódicos nacionales e internacionales «El Mundo; El País; Washington Post…etc.»:
»…fallo en seguridad que permitió a Omar González, cuchillo en mano, saltar la valla de la Casa Blanca el 19 de septiembre y entrar hasta la primera planta principal de la residencia presidencial antes de ser detenido. La alarma que alerta a los guardias de la presencia de intrusos, había sido silenciada. Omar tras su detención se le incautó más de 800 cartuchos de municiones en su coche y además, éste individuo había sido detenido en julio de éste año con un fusil de francotirador y un mapa que indicaba la mansión ejecutiva.
»…fallo del servicio secreto al permitir la entrada a un agente de seguridad privado, armado con una pistola, en el ascensor que conducía al Presidente Barak Obama al acto sobre la epidemia del ébola el pasado 16 de septiembre en la sede del CDC en Atlanta. El agente privado de seguridad tenía a sus espaldas un historial de tres antecedentes penales por asalto y agresión.
»…fallo del servicio secreto al disparar, un individuo, contra el piso superior de la mansión, que preside Obama donde en esos momentos estaba una de las hijas del presidente en el interior y que los agentes tardaron cuatro días en reconocer que había habido un ataque armado, gracias a que una empleada del hogar descubrió cristales rotos y restos de cemento.
A todos estos «fallos» garrafales hay que unirles también, lo siguiente:
- Cartas contaminadas con veneno conocido como ricina, similar al que había recibido el alcalde de Nueva York;
- Agente de policía que proporcionaba apoyo al Servicio Secreto que amenazó a Michelle Obama;
- Falsos intérpretes que se colaron en el discurso en el funeral de Nelson Mandela;
- Un pirata informático que anunció vía Twitter explosiones en la Casa Blanca;
- Escándalo de Prostitución que afectó a miembros del Servicio Secreto en Cartagena de Indias (Colombia);
- Agentes del servicio secreto sometidos a pruebas de alcoholemia tras verse envueltos en un accidente de tráfico en una visita oficial del presidente a Miami el 07 de Marzo del 2014;
- Agentes del servicio secreto saliendo de copas y fiesta, pocas horas antes de la llegada del presidente a Ámsterdam (Holanda) también en Marzo del 2014…etc.
No hay que ser muy inteligente para preguntarte si tales «fallos» son meras coincidencias o ¿hay algo más?. Lo que no me esperaba, es que no, que no fueran fallos, sino dos complots para ir mucho más allá, pero bueno es mi postura…tú puedes pensar lo que quieras.
Rebecca van Winter: noviembre 2014