«Canción de otoño en primavera». El último libro de Marcelo Galliano

A más de uno le sorprenderá el titulo de la novela: Canción de otoño en primavera.
Los gustadores de poesía recordarán el poema de Rubén Darío que lleva ese nombre. No es casual mi elección. Aunque esta declaración cause escozor a algún profesor de literatura, el gran Darío fue, a mi entender, no sólo un renovador de la prosodia del verso castellano, sino también un existencialista aun antes de Sartre y de Camus.

Canción de otoño en primaveraHe intentado, ya se habrán dado cuenta, escapar a los límites de la novela romántica tradicional, tan hermética a veces, casi sectaria en ocasiones, tan insistentemente monotemática.

No me hubiera permitido crear personajes vanamente dibujados, ni prestos a repetir diálogos ficticios. Ésta es una novela romántica en la cual se habla de la muerte, de la vida, de las envidias humanas, de las diferencias de clases, de las adicciones.

Hace ya más de un año, una gran multinacional me contrató para escribirla. Al entregársela, se negaron a publicarla tal como estaba.

Creo que Julio Cortázar decía que un hombre es lo que decide hacer con su libertad. Yo decidí no modificar el texto; por eso el libro permaneció en el silencio de mi borrador durante meses y meses.

Hoy caigo en la cuenta de que es una novela polémica, fuerte, con cuotas de ensueño pero también de insomnio. Y está bien que así sea, porque, a fin de cuentas, soy un hombre de carne y hueso, que escribe para lectoras de carne y hueso.
Gracias por comprenderme.

 

PD. Me preguntan si mi novela Canción de otoño en primavera tiene poesía. Mi respuesta es: ¡¡¡ SÍ!!!
Les regalo uno de los poemas que Antonio (el protagonista masculino) le escribe a Mónica (la protagonista femenina).

 

La tuve entre mis brazos

Señor, yo te agradezco por dármela una noche;
aunque no vuelva nunca y aunque jamás la vea,
no hallaré más fortuna: su cuerpo y su derroche;
luego de todo eso tu voluntad, que sea.

La tuve entre mis brazos. Su boca con la mía
no pararon momento de buscar y tener;
jugué a que eso era eterno aunque muy bien sabía
que, asomada la aurora, todo iba a fenecer.

Gracias, Señor, por esos adorados instantes,
esas horas perfectas… cuando fuimos amantes,
los minutos gloriosos en los que fui su abrigo.

Aunque me quede ahora la pena de extrañarla
o el anhelo tan pobre de volver a esperarla
con el hueco cansado de un corazón mendigo.

 

Marcelo Galliano
Argentina
Ya a la venta en  AMAZON

Un comentario:

  1. ¡Enhorabuena Marcelo! Te deseo mucho éxito con este retoño que, a buen seguro, no defraudará.

    Un abrazo afectuoso.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *