Carta a «La figlia del capo». Por Condesa Enmascarada

Estimada Ágatha:

Emboscada en sombras, dejo esta nota en tu puerta trasera. No quiero que nadie me reconozca, aunque sé que tú, figlia mía, sin duda sabrás hacerlo por mis palabras aunque no reconozcas mi letra temblorosa. Las tuyas, tan certeras, tan precisas, me convencieron tiempo atrás de que nadie mejor que Rosa puede cumplir mi encargo.

El motivo de esta carta es solicitar tu ayuda, pues he sido cruelmente engañada y mi corazón clama venganza. ¿Debo contarte mis cuitas? Sí, sé que sólo la justicia mueve tu mano y dispara su arma.

Fui seducida por un jubilado barrigudo y con problemas de próstata, pero con un corazón enorme, una alegría desbordante y una generosidad sin límites. Con él recorrí cada rincón de este canal Veneciano, desde estos bajos fondos en los que deposito hoy mi anónima misiva, hasta las fértiles tierras de su propiedad, más allá de los canales en los que se refleja la ajada fachada de mi palacio. Luego, en una indescriptible y llameante escena, él mismo decidió pasar a una ambigua condición de espíritu: vale que ya no hiciera tantos viajes al retrete, pero seguía siendo el mismo, y yo seguía amándole. ¡Cómo no hacerlo, si su amistad y su bondad seguían siendo inmensas!

Y ahora, de pronto, se deshace de otra máscara más. El espíritu del Asesino se convierte en un ser aún más angelical y, no podía ser de otra forma, bajo el nombre de Ángela. Detrás de tantos disfraces, su mano sigue tendida, cálida, acogedora y generosa. Y sé que no podré dejar de sentir el mismo amor por ella.

Mas mi atribulado espíritu requiere una venganza, una catarsis, un cegador disparo. Alguien, o algo, ha de pagar por estos desmanes que me zarandean, antes de que todo deje de tener sentido en mi mente confusa. Dejo en tu mano la decisión: acabemos con Morfeo, con el espíritu, con la Condesa, con Dies Irae, con todos a la vez… Dispara certeramente al corazón, que no haya sufrimientos. Que los supervivientes sean autores, lectores, público, dispuestos a empezar a escribir, leer o contemplar una nueva obra con nuevos personajes. La última bala, que haga bajar este telón. Te pido sólo eso, figlia mía; tú sabrás cuándo y cómo, así como el precio que, sin duda, sabré pagar por tu servicio.

La Condesa Enmascarada.

 

 

Este texto corresponde a un comentario realizado en el 9 Certamen de Narrativa Breve por la concursante Dies Irae en el relato 64- La figlia del capo. Por Agatha

 

 

Cristina Cifuentes Bayo

 https://www.facebook.com/dies.irae.5243

 

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