“Ojo por Ojo
Cuando el grillo se durmió, los vecinos cantaron todo el día»
Leer a Óscar Sipán es siempre un placer. No importa tanto que sean relecturas, que algunos de los cuentos de Quisiera tener la voz de Leonard Cohen ya hayan sido publicados en otros de sus libros. No importa que los cuentos se repitan porque hay algunos nuevos, «Micromalajes», «Los Ojos del turista» o «Rebelión en la granja». No importa porque ya les he dicho… siempre es un placer. Dejar que te coja de la mano y te traslade a esos mundos que crea, con esas frases perfectamente hilvanadas. Es un autor maduro dentro de la juventud, un tipo interesante, un creador nato. Y al leerle también te das cuenta de que es un lector incansable, sospecho que de esos que van recopilando frases, un poco como yo hago. Y en los encabezamientos de sus cuentos aparecen autores como Daniel Moyano o Erri de Luca, fragmentos que te quedas para ti mientras lees, trillados libros con subrayados o quizá libretas llenas de notas que te llevan a lo leído porque al fin y al cabo muchas veces los relatos nacen de lo leído o lo vivido. Y con Óscar uno encuentra ambos, relatos que nacen de las entrañas, que se clavan en las de uno. No puede evitarlo, no puede dejar de subyugarse a sus letras. Es imposible. Quizá este no sea un libro para el lector de Sipán, porque es posible que lo haya leído casi todo pero es verdad que para aquellos que no lo conozcan es un buen libro de inicio, encontrarán dentro algunos de los relatos con los que ha conquistado algún que otro premio literario pero sobre todo descubrirán un autor extraordinario. Igual alguno piensa que exagero, incluso es posible que tenga razón pero, miren, ya conocen de mi capacidad de entusiasmo en esto de la lectura, soy radical en ello, o me entusiasma o abandono, no hay medias tintas, es lo que hay. Imaginen ustedes que he vuelto a leer otra vez todos sus relatos, no con el mismo entusiasmo del principio pero entusiasmada, si no lo habría abandonado. Así que claro que es un autor extraordinario y claro que tienen que leerlo. Siempre y cuando quieran disfrutar como un niño cuando sale del colegio o transitar en los zapatos de otro, porque leer es eso, disfrutar y calzarse los zapatos de palabras que otro nos muestra. Es sencillo y complicado pero con Sipán uno sabe que va a disfrutar muchísimo. Sé que me entusiasma, sé que no soy demasiado objetiva, pero, ¿no merecen ustedes correr el riesgo de descubrir un autor interesantísimo?
Maite Diloy
Conocí a Óscar en Huesca, hace unos años. Solo pude hablar con él unos minutos, pero creo que es el momento de leerlo. Y, si este es un libro emblemático, empezaré con él.
Gracias, Maite.