Reflexiones. Por María José Moreno

 

De vez en cuando hay que parar, mirar atrás y reflexionar. Con ello nos situamos en un plano distinto.
Dejamos a un lado la rutina diaria, con un quehacer incesante donde siempre echamos de menos el poder tener unos minutos para dedicarnos a nosotros mismos y nos adentramos en un mundo construido a base de deseos, de futuros inciertos, de fracasos y éxitos, de decepciones, soledades, amores y desamores.
Nuestra vida es como una novela o mejor dicho, las novelas están sacadas de las vidas de las personas. La diferencia es que en la novela, el final lo ponemos a nuestro gusto, incluso hay novelas en las que puedes elegir el final como la de mi querida amiga y compañera indie Olga Miret y que se titula: Feliz al primer click, en la que ha planeado tres finales y tu escoges el que más te guste, más te llene o te redondee mejor la novela, mientras que en la vida a veces lo que ideamos, planificamos se nos resiste y el resultado no es el esperado.
Decía esto porque cuando reflexionas, sin tener que hacerlo en el más puro y fiel sentido filosófico, sino de una manera menos complicada: considerar con detenimiento algo y, echas la vista atrás, el panorama que disfrutas puede que se asemeje poco a lo que tu diseñaste en tu mente.
Hace unos días, en el acto KDP Amazon, celebrado en Madrid, a todos les interesaba saber desde cuando escribía, por qué lo hacía, si era algo que había deseado hacer siempre… Preguntas que pocas veces yo misma me había planteado. Respondí con la verdad. Nunca estuvo en mi mente escribir, di el paso de lectora empedernida a escritora en un momento de mi vida en que por cuestiones personales necesitaba rellenar huecos y porque en mi cabeza comenzó gestarse una historia que poco a poco iba tomando forma, casi sin mi participación, con unos personajes que se perfilaban interesantes y que no dude en plasmar en el papel. Así de simple fueron mis inicios.
Como dice el refrán El hombre propone y Dios dispone, y en mi caso, tras esa primera novela, vino una segunda y una tercera; un gusanillo iba metiéndose dentro de mí, haciendo que cada vez pasara más tiempo escribiendo y menos leyendo, que mi mente siempre estuviera creando escenas, imaginando diálogos y buscando palabras con las que definir tal o cual sentimiento. Y de pronto me vi sumergida en la necesitada de buscar lectores, ya no sólo me gustaba escribir sino que quería que me leyeran (el ego del escritor lo llama Bruno Nievas).
Los encontré de manera gratuita para Vida y milagros de un ex; con eso me bastaba, me servía de alimento para continuar escribiendo. Después con la llegada de Amazon, recién instaurado en España, pensé que a lo mejor debía buscar lectores que pagaran por leerme, aunque fuese a un precio mínimo, y los encontré, en abundancia. Bajo los Tilos ha tenido muchos lectores en Amazon y dentro de poco en su nueva andadura, con B de books, espero que aún tenga más en el resto de plataformas. Sí, sin yo proponérmelo, una editorial se interesó por mi novela, cuando me lo propuse (al principio de comenzar a escribir) me dieron con las puertas en las narices. Había conseguido más y más y mucho más de lo que me era posible imaginar. Ahí estaba yo feliz y entusiasmada con los avances que iba teniendo. Aún tenía otra novela pendiente de publicar y embriagada por las mieles del éxito la subí a Amazon. Las primeras reseñas no se hicieron esperar. La caricia de Tánatos gusta y mucho.
Qué mayor alegría que saber que los lectores disfrutan con lo que escribes, comparten tus puntos de vistas, están contigo alentándote a continuar por esta senda y…, entonces es cuando reflexionas y miras hacia atrás y luego hacia delante, y te das cuenta de que ya estás inmersa en otra novela que es continuación de la anterior y tienes en mente, dos o tres más para cuando concluyas ésta: Escribes, escribes y escribes. Miras a ver que lugar ocupan tus novelas obsesivamente, si has vendido una o cien, si la reseña o comentario es bueno o malo, y todo eso contamina tu vida. Tienes que promocionarte más: redes sociales, tuiter, facebook, más tuiter, más grupos de facebook de los que puedes abarcar, pero es el único medio de llegar a más y más lectores… y en ese momento es cuando te detienes, vuelves a reflexionar y recuerdas algo que Ramón, tu profe de escritura siempre dice: Con la escritura hay que divertirse, pasárselo bien…y recuerdas con alegría cuando lo hacías y con pesar que ahora no lo haces.
Ultimamente no me divierto escribiendo porque no lo hago pensando en mí sino en un sin fin de cuestiones accesorias que dominan mi escritura.
Quiero volver a pasarlo bien, quiero escribir cada vez mejor, quiero que me lean pero no a cualquier precio, porque al final tengo la impresión de que todo va en detrimento de mí como persona.
Quiero volver a disfrutar escribiendo, simplemente eso. ¿Lo conseguiré?

María José Moreno
Blog de la autora

3 comentarios:

  1. Elena Marqués

    Ramón es sabio: tienes que pasártelo bien escribiendo, igual que lo harás leyendo, algo que no debes abandonar para seguir aprendiendo. Creo que eso es aún más importante que el que tener muchos lectores.
    Y, sobre todo, escribe lo que te guste a ti, no lo que pienses que puede gustarle a los demás. Así conseguirás lo primero y, por encima de todo, serás feliz.
    Yo lo soy, y mucho.
    Un abrazo.

  2. Hola, compi:

    Es muy acertado lo que te dice Elena, estoy profundamente de acuerdo con ella. A mí me parece que cuando la escritura deja de ser un oficio y, por las circunstancias que nos rodean, la «profesionalizamos» es cuando podemos perder algo nuestro norte, y cambiar el disfrute por la obligación y la responsabilidad. ¿Te imaginas qué ocurriría si un artesano cambiara sus jarrones, su arte y su oficio por una industria para hacerlos más deprisa? Sí, probablemente vendería más cerámica y tendría más dinero, pero con el tiempo sería muy infeliz. Pienso igual que Elena, es mucho más importante seguir leyendo sin tregua y escribiendo sin obligación, cuando estés inspirada y las letras clamen por salir, que tener muchos lectores en modo «tamagotchi» devorando tus creaciones 🙂

    Y por supuesto que lo conseguirás, viniendo del Taller del profe, no tienes nada que temer. Él nos ha enseñado cosas muy lindas, Mª José, que habitarán en nuestro corazón de letras SIEMPRE.

    Un beso y un guiño.

  3. Maria José Moreno

    Completamente de acuerdo con vosotras. de ahí, el pararse un momento a pensar, a reflexionar sobre los cauces que ha tomado mi vida. De ahí, esa necesidad de volver a los orígenes. Un beso para las dos

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