5- La suplidora. Por Antístenes
Lo malo de decir lo que uno siente es que muchas veces siente uno haberlo dicho. Robin Goodfellow. ¡Amalaya con el moreno López, bien que me la jugó! Allí que llega y se me presenta en mi casucho con aquel solazo, abordándome con sus ojos ranos suplicantes y sudando aún la cuesta y se me sienta bajo el chirimoyo, platicándome un discursito abogadil y quejumbroso como el aúllo de un perruco amorriñado y buscando arrabiatarme la voluntad.