45-Curiosa resulta ser la vida. Por Mivida

Qué curiosa resulta ser la vida, ¿verdad?, un día tal como cualquier otro te das cuenta de que tu padre es el mismo abuelo que hoy contemplas y la añoranza vuelve a ti como en antaño. La alevosía surge de nuevo como cuando tímida se hacía paso por entre la indiferencia y terquedad de un padre que hoy resulta que es abuelo, el mismo que hoy juega al escondite con su nieta, el mismo que muestra sus sentimientos en público cuando antes para los mismos mostraba recelo, pues antes su júbilo parecía ser deshonroso y así toda dicha que por dentro pudiera cosechar, por fuera dramatizaba tal como la más dura pieza teatral o como el lamentar mas temprano de un huérfano niño, y aquel niño pudo por fin descansar en paz para dar paso a este mismo sucedáneo cuya vida estaría basada en el melodrama de un pobre asustado, justificando así su posterior despotismo.

Necesito que me perdonen, necesito perdonarme a mí mismo, ¿cómo he podido hacer yo tanto daño?, ¿cómo has sido capaz miserable?. Algo en mi interior quema, la culpabilidad me reconcome y la angustia me impide respirar, nunca antes había sufrido de esta forma,  ¿acaso es el tiempo el que actúa en mi contra, sucumbiendo ante el favoritismo de quienes merecen ser sus más ansiados predilectos?, ¿será el avivar de una llama que hoy busca el consuelo al haber permanecido apagada durante tanto y largo tiempo?. Nunca he sabido lo que era el cariño, nadie me dio nunca muestras de afecto, de amor, mi madre murió siendo yo muy niño y mi padre… ¿acaso no resulta ese manifestar de insensibilidad, afán del más cruel y déspota?, ¿acaso no resulta violación el aprisionar a un pobre chiquillo?. Nunca tuve la opción de elegir ni sopesar ese mar de oportunidades que cualquiera dispone en vida, mi voluntad siempre fue suya, más ni siquiera encontré alivio ni refugio ante las plegarias siendo yo niño, un niño sin alma, ¡pobre niño sin futuro!, ¿acaso no merecería esa censura ser delito?, ¿acaso resultan sanos la envidia, el rencor, los celos hacia sin par criatura, sobrina mía, que empobrece de modo efectivo mi parte altruista confusa, más que creo aún conservo?. Más que curiosa resulta ser la vida, puede que estuviera del todo equivocado, que el paso de los años despertara en este pobre anciano la ternura que llevaba dentro, que el tiempo no solo nos castigue con la vejez, sino que también como compensación venga acompañado de una ráfaga de aire fresco, haciendo que los grilletes de soberbia que le mantenían aprisionado desaparecieran, proclamando al fin su libertad e incrementando de este modo el afecto de este abuelo que hoy juega al escondite y que hoy dice “¡eh, mira!, te quiero”.

         Y aquí estoy, pues ahora soy yo quién ambulante recorre solitario estas calles desiertas sobre las que hacían su recorrido aquellas víctimas de mi oscura pasión, un amor miserable, turbio y engañoso que se agitaba sobre mi palpitar más voraz y así salía a la luz de entre sus tinieblas. Y es que así pensaba, que la desnudez de una joven virgen debía sucumbir ante mi virtud, y así sus esfuerzos eran una constante lucha, se sublevaban, se agitaban, más para mí significaban un reto como el instinto de la vida que no lograba alcanzar y siempre las hacía mías. Ellas luchaban, de veras lo intentaban, más volvían a caer en un abismo impetuoso del que no podían salir, y lloraban y lloraban y así suplicaban, que tras mancillar su casta inocencia les devolviera ese rincón sagrado que siempre habían poseído y que yo las había arrebatado tan atrozmente. Para mi eran fruto de una dicha sin precedentes cuando recordaba cada detalle de sus virtuosas juventudes, sus marcadas personalidades, sus radiantes cuerpos, gozaba recordando sus nombres, su inexperiencia, víctima de su juventud, esperando ansioso los minutos que separaban la búsqueda de otra virtuosa joven y vivaz damisela.

Adora, qué corazón, el romanticismo era de Beatriz, más la dulzura destacaba en la figura de Esmeralda, de Rosa y de Raquel eran la pasión, el humor de la gran Noelia, de mi más bella joven Maria eran el ímpetu y las ganas, más aquellos grandiosos, majestuosos ojos verdes sólo fueron los de Carolina, más si en algo destacaba en gran medida su hermana era la inocencia, el candor fugaz de Maite, los besos de Amanda, de Gloria el fuerte carácter, los voluminosos labios de Ana, el orgullo del inagotable ser de Belén, la belleza de Natalia, y así por continuar un total de 230 hacían iluminar mi cándido pecho día a día tan sólo con su recuerdo,  jóvenes prodigiosas en virtudes se morían de amor en el estrechar de mis brazos, ¡loco de amores!.

Y así en busca de la numero 231 me fui a encontrar con una joven cautivadora como el resto de mis sin par doncellas, más en ella algo resultaba especial, algo en ella deleitaba mis sentidos turbando mi sosegada voluntad haciéndola suya por completo, doblegado hasta la médula sin apenas saberlo, postrado de ante mano ante su mirada buscando morada en el grandor de sus ojos, irascible ante un amor encendido del que nada comprendía mi alma atormentada, sucumbiendo ante esas armas-caderas en movimiento, crispados nervios revivían su imagen encontrándome yo despierto, mientras el volver a contemplarla era el sucumbir de mi delirante arrebato tanto en alma como en corazón, no se, las tranquilas aguas un día como tal otro desencadenaron un tormentoso mar revuelto y así el disfrute que en mí producían concubinas noches  permanecía alejado cada cual que pasaba junto a ella.

Esa era la noche, sería nuestra noche, pues engañándome quise hacerme comprender que el único sentimiento agitado que sufría, era el de admiración ante su perfecta educación y por un momento sirvió, pues me llenó de confusión para acto seguido sentirme muy aliviado cuando mirándola atentamente fui fruto de mi tradicional sin par cortesía, al hacerlo así como hasta ahora había sido aquel modus operanti, en mis floridas y victoriosas conquistas. “En realidad, pensé, resultará como tantas otras, ruborizada intensamente su inocencia será mía”. Tan sólo una suave y nerviosa sonrisa pude soportar, más cuando sus enormes por más brillantes ojos se posaron firmemente ante los míos, sentí que mi corazón galopante ya no pedía más, ni siquiera el gozo que presentaría tras hacerla mía, sino que así ya conforme sería, ¡el infinito éxtasis!, así decía, ¡amaba!, ¡mi primer amor!. Entonces comprendí que no podría pedir auxilio alguno y cuando al final fue mía, enloquecí de felicidad, mi cabeza parecía explotar de dolor, no entendía aquel avivar de sentimientos, yo tenía que escapar pues el cuerpo así me lo pedía. Así pues, ante su asombro tuve que salir huyendo en derredor, pues esa visión me perturbaba hasta lo infinito, una larga noche de sopesares inundaron una mágica luna y todas aquellas horas entonces parecieron una, pues amaneció ante mi crispación y sorpresa, y pensé y pensé y así pensé, que ante la locura estaba sucumbiendo o era el primer amor que habría roto el maleficio que durante estos años procuré sobre inocentes jóvenes y entonces sentí que de remordimiento moría, que el desojar de aquellos pétalos crucificaron por fin aquella indiferencia haciéndola por fin impropia, pues, ¿qué otra interpretación sería posible?. ¡Isabel!, me dije, ¡mi Isabel!, volví pisando las huellas de mi evasión anterior, corría y corría sin aliento, quería contemplar de nuevo su rostro, que mis palabras alumbraran de nuevo esa mantilla blanca y pura que sobre ella posaba gloriosa hasta haber sido mancillada con aquella déspota crueldad que me caracterizaba. De repente el habitual paseo se llenó de un tumulto excesivo, esas deliciosas fantasías y reflexiones quedaron suspendidas para poner todo aquel esfuerzo en abrirme paso ante la lejanía que hasta mi Isabel existía, más cinco minutos, tan sólo cinco minutos bastaron con toda certeza para que todo aquel mundo mágico del que mi Isabel formaba su centro, su contorno, su delineación, su cielo, su mar y su existencia, quedaran mermadas hasta convertirse en un gran nada, un bello sueño de…, una bella canción juglar, una bella historia de…. Tan sólo unos pasos me separaban del amor de mi vida cuando algo me hizo reflexionar, pues una población se encontraba hablando y hablando de forma tumultuosa y a mí nada dejaban entrever, sofocada hasta mi dicha logré acercarme logrando por fin descubrir ese misterio que en mí perturbaba su lejanía, más absorto quedé con su visión. La cabeza hacía mí parecía mirarme, y…, yo tenía los ojos clavados en ella hasta que pude obtener una vista completa de su mancillado rostro, con gran rapidez tuve que restregar mis ojos bañados en lágrimas, pues habían empañado la juventud y la frescura del semblante que ante mí ahora se encontraba desafiante, no pude apartar de ella los ojos ni un solo instante, más la intensidad de aquella mirada, junto con el roto rostro pegado aras del suelo manchado por una gran cantidad de sangre tortuosa, de nuevo se vio turbada por un manantial acuoso del que no podía hacer nada, y por fin supe como me hallaba, como el estado de mi alma se encontraba, se encontraba precisamente en el estado que predispone un joven hombre enamorado sin su dama, se encontraba solitaria, sin rumbo, con la certeza de encontrarse siempre así, sola, se encontraba en esos momentos en los que nada importa ni tú ni tu alma, donde todo es posible, todo puede suceder y donde nada importa ante el temor de una vida vacía, así me encontraba, solo así.

 

Un día al bosque fui para tratar de comprender todo este tumulto de sensaciones, de melancolías y pocas alegrías y tras el resquicio que da lugar a la muerte fui, tras averiguar que en mi desdichada realidad, no había vivido. ¿Cómo fui capaz de albergar tanto amor?, ¡infame!, yo no nací para amar ni ser amado, esa había sido mi condición desde siempre. No exhalé ningún grito y demente quedé, yo no pude asimilar todo aquel furor, toda su fuerza desatada, todo su resplandor, de lo que en realidad resulta ser la vida, nuestra vida, de lo que en verdad resulta ser curiosa la vida.

9 comentarios

  1. que curiosa la vida, resulta que tengo una escritora en la famila, me encanta. Un besazo

  2. muy bonito ya es hora que te sonria la vida te lo mereces buena como amiga pero mas como compañera, te echare de menos 🙁

  3. ¡Guapa por dentro y por fuera!

    ¡Animo!. Esto es sólo el principio, pero no te olvides de mí, te voy a estar esperando…..

  4. Si este es tu debut?, enhorabuena, convence tu alquimia de la vida real de la mano de esa otra vida que son sueños y no existen . De gente que el tiempo les impone ser mejores personas que fueron antes, y de esas ilusiones infinitas de anhelo de lo desconocido y agobio y rechazo a lo cotidiano, aunque te tomen por loco.
    Una buena combinación, de esperemos un porvenir prometedor.

  5. te has superado a ti misma. Está mucho mejor que otras cosas que has escrito anteriormente

  6. Un comienzo interesante para un futuro próximo. Muchas ideas, con conceptos muy definidos, que necesitan de tiempo para despertar el interés de una historia.
    Es una reflexion interesante.
    Suerte.
    Un beso.

  7. Ojalá hubiera muchos relatos como este. Cuanto talento, sigue así!

  8. HÓSKAR WILD

    Nunca llegaremos a entender los tortuosos mecanismos del amor, de la atracción y de la pasión. Puede que no sea necesario hacerlo. ¿Qué tal dejarse llevar? ¿Qué tal admitir que no todo se explica con palabras? Mucha suerte.

  9. Mivida: on todo respeto, creo que el comentario del generoso Hóskar y el mío son los únicos que no vienen de tus familiares y amigos. De todos modos suerte

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