Me gustan los pubs irlandeses, las canciones de Sabina, la música de saxo directa al corazón, todas las guitarras del blues, todas las voces del soul, el music-hall y el swing; viajar sin salir de casa, escribir historias que te guste leer, ver llover tras los cristales, charlar sin prisas, el humor a lo Groucho Marx, el verde y el azul, que sintonices con esta página… Si tal es el caso, ¿a qué estás esperando?: ¡ALÍATE!!!
Hoy cumplo años, 32. Una excusa perfecta para celebrarlo con mi mejor acompañante, mi mejor amiga y amante apoyo, la que nunca me falla y jamás me abandonaría, la de los mejores ratos compartidos, que me acepta tal y como soy; la que siempre me hace sonreír deslizándose velozmente sin esfuerzo aparente por mi Senda Roja… con ella lo celebraré, con quien más lo merece: mi moto. Juntos descargaremos adrenalina… tengo tanta que soltar, que por momentos me agobia con su peso. Pero nunca me hará doblar la rodilla. Conduciré tan deprisa que huiré de todo hasta perderme por el horizonte.
Besos. Red
Muchas felicidades, Red. De corazón te deseo que disfrutes este día dónde y cómo sin duda mereces. También celebro esa canalización de tu adrenalina sobrante, siempre mejor usar la moto que la espada; menuda escabechina, en caso contrario, prefiero no pensarlo.
Que un día tu montura te traiga hasta aquí para sellar nuestra alianza, guerrera
mítica. 32 besos vuelen hacia ti, uno por año.
Un aliado.
Gracias por tus palabras, irlandés errante. Todo en este mundo está absolutamente interconectado: la buena música con los lugares inspiradores, la lluvia en los cristales… o en la pantalla del casco, los héroes antiguos con los modernos…, la tristeza en soledad o en compañía. Brindemos con una cerveza, rubia o negra… ¿o quizá roja? Todos los humanos, por diferentes que seamos, tenemos al menos un punto en común, en comunión, estemos a un lado o a otro del país. Por cierto, amo tu tierra, que me ha acompañado en los momentos más bellos de mi vida.
Un abrazo desde Hyrkania, ya estimado aliado.
Red Sonja
Me inclino ante vos y vuestra perspicacia, Red Warrior of Hyrkania. Una estampa vuestra espada en mano y vistiendo esa sugerente y mínima cota de malla a lomos de un corcel con armadura de combate…, algo así pensaba yo encontrar al visitar vuestra página. Pero menos violenta y más real resultó la imagen de veros a lomos de esa potente moto, princesa del pelo de fuego. Touché, por vuestra espada imaginaria, en pleno corazón alcanzado por lo certero y conmovedor de la misiva. A vuestros pies quedo. No dudéis jamás de la solidez de nuestra alianza, mi bella y veloz dama.
Un abrazo a través del cristal y de la lluvia.
Un beso de aliado, en nombre de Crom y de la Interconexión.
PD: mi tierra queda a vuestra disposición, pues ya conquistado la habéis.
Hoy siento ganas de enfundar la espada para esconder su filo y asomarme a ti para decirte que me encantaría poder tomarme un café contigo, sin prisas, en un día lluvioso, con el mar rompiendo detrás de un ventanal y escuchando a Ella Fitzgerald de fondo.
Un beso suave y dulce.
Lluvia sobre el mar… sí, tienes razón, siempre llueve sobre mojado. ¿Se nota mucho que anoche no estaba de mi parte Saint Patrick? Aunque con dos damas como vosotras, Ella y tú, y un buen café -dulce y fuerte-, tal vez hubiera cambiado la cosa.
Y con ese beso tuyo ya, definitivamente, sí.
Otro para ti, milady. Y que siga(n) lloviendo… jazz y besos.
Tu aliado.
Un día vendrá que escampará y todo cambiará a mejor.
Estate preparado para recibirlo y prepárate a brindar.
Que los dioses te sean siempre propicios.
Gloria al jazz, milord.
-¿Ron o whiskey?
-Un día brindaremos de verdad, querida.
-Lo sé, milord.
-Y lo de menos será el licor?
-¿Y qué será lo de más?
-Tú y yo; puede que hasta nosotros, quién sabe.
Sin perder de vista el horizonte tan amplio…
Recibe este cálido beso…
Otro, en tu cuello
Mientras te acaricio la nuca
Y se detiene el tiempo…
El pub destilaba jazz sin impedir la conversación. Servían buen café y la mejor cerveza Guinness de la ciudad. Para colmo estaba decorado como un sueño sobre el mar rompiente y, al estar lloviendo tras de sus cristales, de puertas adentro se estaba aun mejor. Era como un paraíso abierto en una tormenta.
Por eso sería que se sentía como en casa, aun estando tan lejos.
Por sitios como éste continuaba errando sin dejar de añorarla y creerla posible en cada uno, sabiendo que a cualquiera de ellos podría haberla llevado su moto cuando Red dejó la red por motivos que tal vez nunca sabría. A pesar de ese pesar, nunca había renunciado del todo a encontrarse con ella y realizar aquel brindis pendiente. Por los votos no consumados y los antiguos melindres de aquella semana en comunicación virtual.
Por pocos datos suyos que tuviera, tampoco era que, por suerte o por desgracia, abundasen las pelirrojas atléticas con o sin moto a la puerta. Por eso era que siempre que entraba en un pub irlandés casi se sentía capaz de aventurarla entre jazz y recuerdos virtuales.
Por eso mismo casi se le cae la Guinness de la mano cuando aquella pelirroja recién llegada desenfundó su mirada de espada al rojo para cruzarla con la suya tras pedir whiskey Jameson con ginger ale. Fue sólo un instante, pero suficiente para revivir todo el calor, sensitivo y fugaz, de conversaciones pasadas sin rostro pero con imaginación, sin brindis final pero sin final tanto deseo.
-¿Red?… ¿Red Sonja? –deseó una vez más.
El primer párrafo engancha, atrae y crea expectativas, pero creo que el cuento se va desinflando a medida que avanza. Es solamente mi opinión.
Saludos y suerte.
Es verdad, el relato al principio promete, luego está bien, pero no es lo que parece al principio, al menos lo que yo me esperaba.
Un saludo, y suerte en el certamen.
Vital y muy actual. ¿Quién no ha recibido y enviado correos similares? ¿Quién no ha sentido la necesidad de huir a lomos de un caballo metálico desbocado? La decisión más importante es si el ámbar debe ser Jameson o Daniels. Mucha suerte.