Escuchar (Recitado por Vogel)
Pensaba que la muerte eran tus labios
oficiando metáforas de olvido,
pensaba que la muerte
era escribir sin alma los capítulos
de una inmortalidad enamorada.
Creía que morir era dejarse
dos ventanas abiertas… y algún libro,
eternamente prólogo,
en la casa sin piel de la conciencia.
-Tenía tantas risas casi tuyas
que quise desreir la vida entera
en pantallas de luz-
ahora descubro
que dejé de sentir, tal vez sintiendo
un fúnebre latido entre los dedos,
que descolgué el exilio de tu beso
para avivar silencios,
y mi boca
se dedicó a contar cuántos poemas
se van de funeral sin haber muerto.
Pensaba que la muerte era un reguero
de puntos suspensivos.
y olvidé que el espíritu se nutre
de todos los cadáveres,
de todas las incógnitas que viven
silenciando el compás de las palabras.
-Ya ves, tengo tu olvido
borracho de una añeja indiferencia-
pero ya no hay un cura en los espejos
«extremando la unción» de las caricias.
Soy la reencarnación de la sonrisa
que se escapó de ti mientras dormías,
y la muerte fue sólo el anticipo
de un cariño exprimido.
¡Ya no vuelvo a morir cuando te pienso!
tengo la inmunidad del que ha aprendido
a guardar en la tumba
una inyección letal para los sueños.
II Certamen Poemas sin Rostro 2006