«Huellas judías y leonesas en el Quijote. Redescubrir a Cervantes». De Santiago Tracón

Huellas judías y leonesas en el Quijote. Redescubrir a Cervantes

El libro que te ofrezco es el fruto de una larga investigación sobre el Quijote, uno de los libros más importantes e influyentes de la historia. A pesar de las muchas interpretaciones y estudios que se han hecho de la obra, nunca se ha realizado una lectura profunda sobre las claves judías que Cervantes dejó a lo largo del texto, que son muchas más de las que hasta ahora habían sido descubiertas. Presento un conjunto de datos y referencias que muestran de modo indiscutible el origen judeoconverso de Cervantes y cómo la cultura y la tradición judía influyó en su vida y en su escritura. Vivimos hoy un renacer del pensamiento y la cultura sefardí en nuestro país, el interés por descubrir las profundas raíces y las huellas hebreas que han conformado nuestra cultura y nuestro modo de pensar y de ser. España no sería lo que es sin Sefarad. Sefarad pervive en innumerables rincones de nuestra geografía. Hablamos de huellas físicas, pero también invisibles, culturales, psicológicas, que son más decisivas. Podríamos decir, en sentido real, no figurado, que gran parte de los españoles de hoy somos, o seguimos siendo, hispanojudíos. A todos ellos interesará especialmente este libro, que les ayudará a comprender mejor la importancia decisiva que tuvo la persecución y expulsión de los judíos de nuestro país.

Huellas judías y leonesas en el Quijote. Redescubrir a Cervantes

Pero también quiero reivindicar el origen leonés del linaje de Cervantes y la vinculación que nuestro escritor tuvo con las Montañas y la Meseta de León, esa zona del Noroeste peninsular que coincide con el antiguo Reino de León, en la que encontramos los Ancares, la Cabrera, la Maragatería, el Páramo, Sanabria, Sayago o Tierra de Campos, por citar un conjunto de comarcas cercanas y relacionadas entre sí, que tienen que ver con las “montañas de León” que cita Cervantes y los numerosos ríos que descienden de ellas hacia el Duero, formando las fértiles riberas, los montes y campos que constituyen el verdadero paisaje del Quijote, un espacio real que está en la base de ese espacio simbólico e imaginario que adquiere en la ficción novelesca una importancia decisiva.

 

 Santiago Tracón

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