ALZHEIMER.
Estoy perdiendo a ratos la memoria:
me acuerdo de algún nombre, de algún rostro
pero nunca de que alguien me quisiera.
Recuerdo los veranos, el golpe de las olas,
pero no los abrazos al calor de la lumbre,
las frases que me hicieron sentir como un gigante.
Estoy perdiendo lo que soy, deprisa,
y me parece algo tan terrible, que deseo
que me engulla la Nada, y que me libre
de tanta hipocresía entre lagunas.
Recuerdo apenas tu mirada ausente,
tu forma de alegrarme las mañanas
o que nunca miraste atrás, mientras te ibas
hacia un olvido de rimas y de sangre.
Y en ese punto estoy, entre dos mundos,
el real y el que intento que se quede,
aunque saberte viva sea, de momento,
esa parte de un sueño que siempre será imposible.
© Segismundo Fernández Tizón