Conmovedor, directo, entrañable, idealista o humano, son algunos de los calificativos que encajan perfectamente con este relato corto, que a pesar de su extensión, no desmerece en nada por su contenido, sino más bien todo lo contrario. Curzio Malaparte, seudónimo de Kurt Erich Suckert (Prato 1898, Roma 1957) es una extraña mezcla de «intelectual de acción» (de padre alemán y madre italiana) y aventurero, que sólo podía producirse como resultado del convulso período de entreguerras. A la vez fascista (confinado por Balbo y liberado por Ciano) y comunista (protegido por Togliatti), este artista total, que ejercía tanto de periodista de guerra como de director de cine o de escritor, es sencillamente genial. Malaparte (seudónimo escogido en contraposición al nombre de Napoleón Bonaparte) trasgrede los límites de la escritura con una prosa cercana, directa y sin artificios, muy próxima en su concepción y plasmación a ese emergente neorrealismo cinematográfico italiano (no en vano dirigió varias películas) y llega a las entrañas del lector sin avisar, dejándole marcado con una estela de existencialsimo nada intelectual, pero desgarrador e impune a la mentira.
Una vez más, la Editorial Alfama demuestra un gusto exquisito por los títulos que edita, en este caso dentro de la colección Ficciones, y en donde la traducción de Paula Caballero Sánchez nos acerca hasta lo más profundo de las entrañas, el mensaje y el simbolismo que rezuman en El Compañero de Viaje.
El Compañero de Viaje nos narra las aventuras del soldado Calusia, desde que parte de Escila (Calabria) a Nápoles, con el cadáver de su teniente a lomos de un burro y una caja de madera donde transporta el cuerpo, hecha con sus propias manos. El relato de tal viaje nos proporciona la posibilidad de asistir a una serie de injusticias ante las que Calusia no se pliega y que cabría resumir en el siguiente párrafo: «no es culpa mía, no es culpa vuestra si hemos perdido la guerra. Pero la guerra contra los ladrones no quiero perderla. Debemos ayudarmos unos a otros a hacer la guerra contra los ladrones, porque los ladrones son los verdaderos enemigos de Italia». ¿Acaso caben mayores dosis de sinceridad y dignidad?
El Compañero de Viaje es sin duda un canto a la dignidad humana, una cualidad del Hombre que nunca deja de estar de actualidad y que siempre se encuentra presente y a su lado, pues en definitiva, los sentimientos y las alegrías y desventuras humanas son sencillamente universales.
Reseña de Ángel Silvelo Gabriel