Todo pasa y todo queda… Por María José Moreno

 

Ortega y Gasset acuña el término «vivencia» para traducir la palabra  Erlebnis, que procede del gran filósofo Dilthey. Con ella, Ortega, a grandes rasgos, quiere designar todas las experiencia de un sujeto que contribuyen a forjar su personalidad.

Sin caer en la fúnebre esencia del poema de Machado,

Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,

pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar…

que nos lleva indefectiblemente a la muerte, creo que todo lo que nos pasa se queda de alguna manera dentro de nosotros, en forma de vivencias, que a la postre nos hace diferentes.

Este blog supuso el comienzo de una aventura que acometí allá por el año 2009 como todos sabéis. Era mi voz cara al público, donde plasmaba anhelos y esperanzas, fracasos y triunfos; donde mis palabras se convertían en relatos con el solo deseo de aprender, de hacerlo cada día mejor; y en el que escribía casi a diario lo que se me ocurría, simplemente, por el placer de hacerlo.  De eso hace ya mucho, mucho tiempo…

En este último año me he visto inmersa en la promoción de la Trilogía del Mal, escribiendo la tercera entrega de la misma, el trabajo diario y, además, mi estreno como abuela. Todo ello ha motivado un alejamiento progresivo del blog,  si no quería perecer en el intento.

Ha sido un año difícil en el que he tenido que compaginar, en algunos momentos, demasiadas cosas, y quizá eso ha provocado que no todas hayan estado a la altura de lo que yo suelo imponerme en todo lo que hago. De pronto, me ha venido a la cabeza una película italiana titulada L’immorale, de 1967, que en español se llamó Muchas cuerdas para un violín, en la que el protagonista, Sergio Masini, interpretado por el famoso actor italiano Ugo Tognazzi, llevaba una triple vida que le acarreaba múltiples quebraderos de cabeza, y con un infausto final que espero no sea mi caso, ¡ja, ja, ja!

Es cierto que el año ha sido complicado, pero muy fértil en vivencias. Si cierro los ojos soy capaz de trasladarme a momentos que se han quedado grabados en mi retina, que han alcanzado la categoría de experiencia vivida, muy diferente de la simple y mera experiencia. Todas ellas forman parte de mí, todas ellas me han hecho diferente, todas ellas son aquello que pasa y queda…

Y con todo ese bagaje encaro el futuro más próximo, de aquí a un par deMaría José Moreno semanas. Estoy poniendo a punto para su publicación el 19 de septiembre La fuerza de Eros, revisando Bajos los tilos para que en octubre salga en su edición de bolsillo, y también estoy terminando mi relato para la Antología de relato negro Lecciones de asesinos expertos, que se presentará en octubre dentro de los actos de Granada Noir.

Después vienen las vacaciones, y este año sí me las voy a tomar, en el sentido más preciso del término: «descanso temporal de las actividades…» Por actividades entiendo, como es normal, las profesionales, pero también las literarias, las redes sociales…

Quiero disfrutar de la lectura, de los amigos, de la vida al aire libre, de la fotografía… y, por supuesto, de la familia, que este año con el peque van a ser unas vacaciones muy especiales. Pero también quiero volver a pasarlo bien con mi blog, de manera que por aquí me encontraréis si queréis saber de mí y mis andanzas.

El regreso en septiembre traerá la vuelta al trabajo profesional y el ajetreo promocional de la Trilogía del Mal con presentaciones, promociones, semanas negras… Y, por supuesto, decidir por dónde y cuándo continuar en el aspecto literario. Pero eso lo dejo para más adelante. Por ahora me dispongo a continuar adquiriendo vivencias, enriqueciéndome en todos los aspectos; en definitiva, haciéndome mejor persona.

¡Felices vacaciones! ¡Nos vemos por aquí!
María José Moreno

Blog de la autora

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