Benjamin Constant. «Los amores inconstantes»

LOS-AMORES-INCONSTANTES

Los amores inconstantes.

Adolphe, Cécile, Amélie y Germaine, El cuaderno rojo

 

  Sola inconstantia constants, tal era el lema de Benjamin Constant, hombre de letras y político ilustrado en su vida pública, truhan y señor en la privada. Amante veleidoso, coleccionista de mujeres, embustero redomado capaz de simular un suicidio para granjearse los favores de una dama, Constant alumbró, con extraordinario genio literario, algunas de las páginas más vibrantes, divertidas y lúcidas sobre las volatilidades del alma en las lides del amor.
Las obras que reunimos en Los amores inconstantes –Adolphe (1816, novela autobiográfica), Cécile (1810, autobiografía novelada), Amélie y Germaine (1803, novela-diario) y El cuaderno rojo (1807, memorias de juventud)– se articulan alrededor de una escritura en primera persona en la que ficción y realidad se dan la mano para traspasar los límites, aquí difusos, de los géneros narrativos. Mediante una inteligente construcción literaria en la que persona y personaje se confunden, Benjamin Constant nos ofrece el vívido retrato de una educación sentimental en la Europa ilustrada, en unas páginas en las que, entre otras personalidades de la época, figura la reina de los salones, madame de Staël, uno de sus grandes amores.
Con una pluma mordaz e implacable, también consigo mismo, este ineludible clásico universal de la literatura –admirado por Italo Calvino, André Maurois o Tzvetan Todorov– da cuenta de los convulsos tiempos posteriores a la Revolución francesa, pero, también, de sus andanzas, no menos convulsas: las de un hombre enamorado del amor y tan apasionado por la vida como temeroso del tedio.

Editorial Periférica

 

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Benjamin Constant

  Benjamin Constant nació en Lausana en 1767. Durante su infancia y su juventud viajó por toda Europa, estudiando en Baviera y Edimburgo. Fue uno de los hombres más populares y respetados, además de controvertidos, de su época. Tuvo numerosas amantes –la más conocida de ellas, madame de Staël, es una de las protagonistas de Cécile– que serían muy influyentes tanto en su vida como en su obra literaria. En 1798, por la anexión de Suiza, se convirtió en ciudadano francés. Defensor en un primer momento de la Revolución francesa, se opondría más adelante al régimen de Napoleón y sería por ello exiliado, aunque durante la última etapa del bonapartismo estaría cerca de éste. En 1819 fue elegido diputado. Murió en París en 1830, al poco de ser nombrado, tras la revolución de aquel mismo año, presidente del Consejo de Estado. Si bien dedicó muchos años y esfuerzos a estudios como De la religión considerada en sus fuentes, sus formas y sus desarrollos o a su Diario íntimo, son las novelas autobiográficas Adolphe y Cécile, así como sus memorias de juventud, recogidas en El cuaderno rojo, las que lo han hecho célebre.

 

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