La promesa de MONA LISA. Por Catalina Ortega Diaz

 Constanza Dávalos y Aquino

 

Tal día como hoy, en 1503, Constanza Dávalos y Aquino, tras alzar la bandera por España en el Castel Aragonés, cuando todo Nápoles se había rendido al poderoso ejército francés de Luis XII y resistir durante meses el cruel asedio con el que el francés esperaba la rendición de la fortaleza, por hambre. Constanza, muertos todos sus hermanos varones, en la flor de la edad, tornó el velo de viuda por el morrión de guerra (aún caliente del moribundo hermano menor), rosario por espada y rezos por gritos enardecidos de ¡Resistid! ¡Resistid! a los famélicos soldados -no más de trescientos- y al pueblo aterrado que huyendo de las matanzas y torturas sufridas a manos de franceses y “turdescos” se refugiaron en la fortaleza gritando ¡Madonna! ¡Madonna! buscando el amparo de la Gobernadora de la isla.

En aquellos meses de asedio sacrificaron a los caballos para paliar la hambruna e incluso animales inmundos hubieron de comer para sobrevivir y dar tiempo a que llegase el socorro del Gran Capitán tras la victoria del Garellano

¡Resistid! ¡Resistid! Repetía doña Constanza cumpliendo la promesa hecha a su hermano – Íñigo, el más hermosos entre todos-, que agonizaba en sus brazos tras la cruenta toma de Salerno ¡Rendir el Castel! “Antes muertos con honra que, rendidos como cobardes, pues la muerte a todos alcanza”

Iñigo Dávalos

Qué sería de los pequeños sobrinos huérfanos: Fernando Francisco Dávalos Cardona, marqués de Pescara; Alfonso Dávalos San Severino-niño de cuna y ya marqués del Vasto a tan poquita edad, estrechado contra el pecho de su tía Constanza, envuelto en la bandera de España; de su hermana Constanza (futura duquesa de Amalfi) y de su pupila doña Vittoria Colonna (excelsa poetisa), prometida desde los cinco años con Fernando Francisco, nacido para la Gloria más que para la Vida, según pronóstico de los astrólogos “Envidia de Martes, dios de la guerra”

Durante aquellos épicos meses de asedio, doña Constanza, en cumplimento de la PROMESA hecha a su hermano Íñigo, en el lecho de muerte y fiel al abuelo don Ruy Dávalos III Condestable de Castilla y Adelantado de Murcia, que juró lealtad, suya y de sus descendientes a la dinastía Trastámara, olvidó su condición femenina que, por entonces, limitaba a las damas a convertirse en monedas de cambio, para alianzas políticas o comerciales.

Vestida tan negra cual noche sin luna, organizó cuadrillas que, siguiendo los destellos de sus espuelas de plata, bajaban hasta el lujoso campamento francés, para hacerse con vituallas y emponzoñar las aguas que abastecían al ejército enemigo. El huérfano, Fernando Francisco Dávalos, marqués de Pescara- fanciullo de doce años-, encabezó, junto a su tía, las incursiones que acabaron por convertir el campamento enemigo en un desecho apestado, en el que los soldados enfermaban, desertaban o huían de una muerte segura, intentando llegar a Francia. Muchos murieron a manos de italianos ultrajados. Los pocos que llegaron con vidas, fueron deshonrados por rendirse ante una “simple mujer”- aclamada en toda Europa como “Segunda Juana de Arcos” – y ahorcados por mandato del airado Luis XII.

En Italia, Constanza, siguiendo los cánones renacentistas fue proclamada como la heroína “Elisa” de la Eneida del poeta Virgilio: Madonna Elisa (Mona Lisa).

Ya el Gran Capitán tomaba Gaeta; ya orientaba sus cañones, desde el monte Orlando, hacia la bahía de Nápoles, mientras doña Constanza, desde el Castel Aragonés de Ischia, disparaba sus tres culebrinas, por todo armamento y arengaba a su pueblo a luchar hasta morir o vencer.

Las naves francesas y “turdescas” fueron hundidas en la bahía de Nápoles, gracias al fuego cruzado, disparado por famélicos leales, desde el Castel Aragonés, capitaneado por doña Constanza Dávalos Aquino y los cañones del Monte Orlando tomado por Gonzalo Fernández de Córdoba; el Gran Capitán.

Tal día como hoy, confirmo, de 1503, tras el largo asedio francés, la bandera española ondeó victoriosa en el Castel Aragonés de Ischia, gracias a la valentía sin par de doña Constanza Dávalos y Aquino, nieta del III Condestable de Castilla y Adelantado de Murcia, don Ruy Dávalos.

Constanza d’Avalos, Principessa di Francavilla,

Illustrissima e graziosissima Castellana,

Gobernadora della fedelissima isola d’Ischia.

“Veo tu belleza, con los ojos de la mente, hecha por la propia mano del Sumo Artista, muy clara y eternamente brillante. Alma Victoriosa, Duquesa, aunque Reina, si por forma y virtud Reinos conquistas. Oh, Constanza, diosa de Helicón, solo tú permaneces con mente serena ante Fortuna, en el voluble teatro que gira con trágicas escenas (…). Nueva Sibila en tierra, en mar Sirena. Tú, desde la alta colina del Enario, con dulce elocuencia esparces ríos de oro, extendiendo tu gloria por el Cielo.

             (…) El alma de la Musa ilustrada, el alma más gentil, más celebrada de Aragón Honor; del otro reino (Nápoles) Esperanza. Desde los Alpes por mar y tierra, son conocidos y admirados los hechos de su virtud preclara y rara: alegre en paz y bravísima en guerra.

            Constanza, serena y firme, sin igual modelo de virtudes: belleza, alto ingenio e inmortal valor divino. En nuestro mundo, insólita y nueva, fulgor del Sol que la edad no declina. Margarita que en el cielo símil encuentra. Ante la cual Victoria y Amor, juntos, se inclinan.

               Que luchar contra Constanza es vano intento, pues aun blandiendo dulce sonrisa, habla elegante y ánimo templado, tras el tierno rostro de juvenil belleza, esconde un gran valor. Tal rostro semeja el Paraíso que, a la Gloria, con modestia, aspira.

(Benedetto Gareth, il Chariteo: “Cántico a Donna Constanza de Avalos, duchessa de Francavilla”)

***

Leonardo, apodado “da Vinci” cuyo verdadero origen y dinastía se convirtió en tabú a cambio de su vida (jamás firmó con el supuesto apellido Fruosino del notario que cobró su paternidad y su silencio), llegó a tiempo de inmortalizar el bello rostro de Íñigo Dávalos Aquino, ocultado en su cuaderno. En las fiestas de Navidad de 1504, realizo un retrato, “punta de plata” de la triste Constanza con una rama de laurel en las manos, hoy apenas visible, para inmortalizar la gesta de la heroína de mirada triste, por las pérdidas sufridas y labios sellados, forzando una leve sonrisa, para ocultar su dentadura víctima de la hambruna sufrida tras tan largo asedio.

MONA LISA

 

Catalina Ortega Diaz


 

Catalina Ortega Diaz

Fracasadora de gran Éxito

3 comentarios:

  1. Una historia épica y más que interesante. Muchas versiones hay sobre la Mona Lisa, pero esta me gusta especialmente.
    Abrazo Catalina.
    Luisa

  2. Catalina Ortega Diaz

    Mi humilde trabajo de antropóloga no bastaría para convencer de no star precedido por voces que merecen crédito y respeto:
    A finales del siglo XIX varios autores: Seailles, Dimitri Merejkovsky y Tristan Klingsor revelaron que la dama del Retrato pintado por Leonardo no era la esposa de un comerciante; era una dama aristócrata del Reino de Napoles, concretamente: Constanza Dávalos, duquesa de Francavilla. A estos investigadores se unieron, a principios del siglo XX, Adolfo Venturi, Benedetto Croce, Alexandra Everts, Antonio de Marichalar y una lista infinita de ilustres académicos, historiadores e investigadores:

    >En 1925, Adolfo Venturi “Historia del Arte Italiana; Pintura del Cinquecento” (…) reconoció, en el Retrato, a la viuda de Federico del Balzo, basándose en el Canzionere de Enea Irpino, testigo de las pinceladas de Leonardo, mientras la retrataba «sotto il bel nero velo» de viuda y una vez comprobado que Giorgio Vasari, dado a fabular, nunca vio el retrato ni conoció al Pintor ni a la virtuosa dama que defendió enérgicamente la isla d ‘Ischia y se alió con el Gran Capitán en la reconquista de Nápoles: Constanza d’Avalos, duquesa de Francavilla, viuda enlutada, tocada con «velo negro» se nos muestra tal como la vio el poeta Enea Irpino de Parma que soñaba con la gran dama, mientras ella posaba para el Retrato. Venturi considera que la dama del Retrato es la viuda de Federico del Balzo, mujer heroica que defendió valientemente la isla de Ischia y contribuyó a la recuperación de Nápoles: Constanza d’Avalos, bajo el nombre fantástico de Mona Lisa, que oculta a la duquesa de Francavilla.

    >Benedetto Croce oficializó la hipótesis de Venturi (Atti den’Academia Pontania di Napoli), citando el “Códice di Rime” en el que el poeta Irpino describe a la dama del Retrato “En su altivo y preclaro nido natal”

    > Giovanni Paolo Lomazzo se refirió a la dama del Retrato, conocida con el sobrenombre de Mona Lisa, como La Viuda Napolitana. Este dato confirmó el lugar de nacimiento en el Reino del Nápoles Aragonés y aclaró el uso del velo negro debido a su condición de viuda.

    >Alvaro Cunqueiro: “Cada día tiene su historia y otras series: (…) Pues parece — ya les había dicho a ustedes — que la sonriente hermosura que pintó Leonardo sea doña Constanza Dávalos, que está pintada con ropas de viuda, que lo era, por aquellos días en que posaba, de Federico duque del Balzo”

    >Gianfranco Contini, en “Antologia di Poetas del Cuatrocento” (Roma, 1970) desveló que Benedetto Gareth, el Cariteo dedicó un soneto a la Duquesa de Franquevilla, Contanza Dávalos. Así lo expresa un poema de la época donde se lee que Leonardo la pintó “bajo el hermoso velo negro”

    >Enrique Lafuente, “El Prado; Escuelas Italianas y Francesa” (1970). El retrato de La Mona Lisa fue mandado pintar por Julian de Medicis. Venturi y Benedetto Croce recordaron un texto italiano según el cual Leonardo había pintado a Constanza Dávalos, duquesa de Francavilla; el poema recordado por Croce afirma que: Leonardo la pintó en Edad Madura bajo el Hermoso Velo Negro.
    >Donald Sassoon; «Mona Lisa: historia de la pintura más famosa del mundo”
    Tristan Klingsor sostuvo que la verdadera Mona Lisa fue una aristócrata napolitana, Costanza Dávalos, duquesa de Francavilla. Costanza fue una aristócrata casada con Federico del Balzo, que expulsó a los franceses de Nápoles.
    >Cuadernos hispanoamericanos: Números 19-21
    Instituto de Cooperación Iberoamericana (Madrid, Spain) – 1951
    En todo caso, es seguro que el retrato pintado a instancias de Julián de Medici no fue el de Lisa Gherardini (…) Sugiere la hipótesis de que la llamada Gioconda pudiera muy bien ser Constanza de Avalos, duquesa de Francavilla. Poco antes de su muerte, el Emperador le otorgó el título de Princesa de Francavilla.

    >A. Everts, “Constanza Dávalos, duquesa de Francavilla; la llamada “Gioconda”
    “El enigma de la identidad de la Gioconda me ha apasionado siempre, pues jamás he podido admitir que la mujer madura con velo de viuda, cuyo rostro revela una soberana inteligencia y cuya actitud, todo el tranquilo bienestar de un poder consciente, pueda ser la jovencita Lisa Gherardini, tercera esposa de Francesco di Bartolomeo di Zanobi del Giocondo. Nacida en 1479, casada en 1495, debía tener apenas 24 años en 1505. Por lo demás: Lisa Gherardini no habría podido llevar un velo de viuda, dado que Francesco del Giocondo murió en 1528 (Leonardo murió en 1519). Estos tres hechos bastan para establecer que el retrato del Louvre no la representa.
    El cuadro anónimo mostrado por Leonardo y citado en 1590 por Lomazzo como «una viuda napolitana» (Idea del Templo della Pittura) figuró durante un siglo en los inventarios reales de Fontainebleau como ‘‘La cortesana con velo de gasa», título ofensivo e injustificable.
    Hojeando el «Leonardo de Vinci» de Fred Bérence, llegué al pasaje en que sostiene la hipótesis que la llamada «Gioconda» sería Constanza Dávalos, Duquesa de Francavilla ¿Por qué esta supresión del nombre Dávalos, esta «confusión» de la identidad? Entonces recordé haber encontrado en el gran genealogista español Lope de Haro que Costanza Dávalos, Duquesa de Francavilla, era tía y tutora de Ferrante Francesco Dávalos, marqués de Pescara y vencedor de Francisco I en Pavía. Y el Rey Francisco tal vez no haya querido que su más bello cuadro recordase su más grande derrota y el nombre del hombre que lo hizo prisionero; y que aceptara, además, con un secreto placer la denominación de «La cortesana con velo de gasa», que enlodaba al mismo tiempo a la mujer que había sido también, la adversaria victoriosa de los franceses …
    ¿Quién era Constanza Dávalos? (…) defendió heroica y victoriosamente la isla contra las naves francesas que la sitiaban. Los sobrevivientes de los fieles a la rama aragonesa se agruparon en federación alrededor de ella y la gloriosa defensa de Ischia facilitó a Gonzalo de Córdoba, «el Gran Capitán», la ocupación de Nápoles que quedó para España. Y aquí en esta gran dama del renacimiento de formación puramente italiana, vemos brillar la hazaña de la mujer española guerrera entre todas.
    Italia entera celebró a Constanza Dávalos. Sus retratos fueron difundidos en todas partes y todos los poetas la exaltaron. Pero ya uno de ellos, Enea Irpino, la cantaba desde hacía «doi lustrí»-‘diez años- «nel suo claro, altero natío nido» como decía en su «Codice di Rime”.
    Ha bastado una mirada a un experto de historia de Nápoles como Croce para discernir sin vacilaciones que se refería a la célebre Constanza Dávalos, Duquesa de Francavilla (…) el hecho de que la llamada «Gioconda» sea el único retrato realizado por Leonardo, donde figura un velo de viuda, y la edad madura del modelo, son pruebas de que se trata de Constanza Dávalos.
    Así, por la vida que un gran artista transmitió a su obra y también por la vida que representó de una soberana personalidad femenina, continúa atrayéndonos durante siglos, tal como un resplandor inextinguible, a través de la espesa cortina de errores y de falsas tradiciones que los hombres han tejido. (A. Everts).
    >Hemeroteca del Diario ABC, 27 de enero de 1951; “La Imagen Irredenta de Constanza Dávalos” Antonio de Marichalar. Artículo ilustrado con fotografía del Retrato conocido como la Gioconda de Leonardo.

  3. Muy bien documentado Catalina, me apasiona la historia que cuentas por todo. Por ser una mujer, por ser española, por su valor y como es lógico también por la actitud del rey francés, que abochornado, tuvo su más amarga derrota de sus manos e intentó ocultarla con villanía. Pero además, como sabes, tengo una especial relación con Italia y sé que allí , al menos en Sicilia, todavía se editan libros en español, pocos, pero se editan. Existen muchos recuerdos del paso de los españoles por aquellas tierras.
    Gracias por tus explicaciones. Es un honor contar con ellas.
    Besos
    Luisa

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