Carlos Pérez de Ziriza, Prefab Sprout, La vida es un milagro: Destellos de belleza, espiritualidad y amor a la música. Por Ángel Silvelo

Carlos Pérez de Ziriza, Prefab Sprout.

Carlos Pérez de Ziriza, Prefab Sprout

La vida es un milagro: Destellos de belleza, espiritualidad y amor a la música.

 

  La música como religión. La música sin más deidad que la búsqueda de la belleza. La música y sus himnos, melodías, canciones, arreglos y susurros como oficiantes únicos a la hora de crear destellos de belleza, espiritualidad y amor a la música. Esa felicidad, intrínseca a una canción, capaz por sí sola de hacernos sentir otros en la búsqueda de la felicidad. Esa parcela en la que siempre abrigamos un mundo lleno de esperanza. Belleza y felicidad que se dan la mano bajo los acordes de una canción. Aquella que hacemos nuestra aunque esté cantada en un idioma que no entendamos. La música como lenguaje universal de los sentidos y los sentimientos. De aquellas sensaciones que tan pronto nos ponen los pelos de punta como que propician el inicio de un viaje. Travesía iniciática hacia lo desconocido, como desconocida para un artista es la búsqueda de la belleza. Intangible, sin duda, como todo aquello que es único e irrepetible. Esa luminosidad, reservada a los dioses, es la que se esconde tras la esencia de un genio de la música como es Paddy MacAloon, a la sazón alma de las canciones de ese grupo inigualable que es Prefab Sprout. Su mayúsculo talento como escritor de canciones le fue revelado cuando desde el principio de su carrera supo que su mayor virtud era esa: la de escribir canciones. La fama, el dinero, y todo aquello que arrastra la música pop (a gran escala) nunca le interesaron, y mucho menos, tras su operación de retina y el insufrible padecimiento de los acufenos en sus oídos que no le permiten escuchar y trabajar sobre su música tanto como él quisiera, amén de su rotundo ansia por el perfeccionamiento sobe aquello que compone y le hace retrasar todos y cada uno de sus trabajos que, en un número muy extenso, no han visto ni verán la luz como nos apunta Carlos Pérez de Ziriza en el magnífico estudio que sobre el grupo ha hecho bajo el nombre de La vida es un milagro publicado por Efe Eme. En este sentido, caer rendido ante la elegancia compositiva de Paddy McAloon es una prueba ante la que nadie, con un mínimo de sensibilidad musical, puede resistirse, pues su universo es único, tan único como el de cualquier otro genio del mundo del arte. Su universo es comparable a una gran galaxia bajo cuya cúpula (en la que cada estrella representa una de sus canciones), solo tiene cabida su perpetuo amor a la música.

  Genialidad, luminosidad, su particular búsqueda de las esencias. Perfeccionismo innato que huye de lo sencillo, enfermedad, enciclopedia astrológica… Todo ello pegado a la piel del cantante de Durham. Verdad o mentira. Leyenda o bulo (es un dato al que Pérez de Ziriza no hace referencia en el libro, por lo tanto no debe ser cierto), hace años se dijo que su pasión por la astronomía y las estrellas y su deseo de publicar una enciclopedia sobre astronomía fueron la causa principal de sus problemas de visión (una vida entregada a mirar las estrellas y más allá). Y si fuera verdad, no nos resultaría nada extraño, porque este gran observador del mundo llamado Paddy McAloon decidió mirar hacia arriba tal y como se nos sugiere en la portada del disco Andromeda Heigths; o desde arriba, como se refleja en la portada del disco Let’s change the world with music. Sea como fuere, lo que sí es una verdad aplastante es su innata capacidad para crear universos que en un principio se fijaban en lo más cercano para poco a poco irse alejando hacia lo más universal o genérico con el paso de los años y la publicación de sus álbumes tal y como muy bien nos indica Ziriza en este joya de libro que ha escrito como homenaje a uno de los mejores grupos de la música popular de todos los tiempos. Palabras que, sin duda, también forman parte del léxico de un Julián Ruiz siempre rendido ante la genialidad compositiva de McAloon. Sin necesidad de hacer hincapié más en uno que en otro de estos aspectos, el rasgo principal de su música es su espiritualidad; un destello que a medida que conocemos sus trabajos es como una pincelada apenas perceptible y, sin embargo, netamente embriagadora cuando escuchas sus canciones; una particularidad que llega a sus más altas cotas en su álbum Let’s change the world with music con temas tan maravillosos como Angel of love, donde su melodía es una fuente inagotable de espiritualidad y de amor hacia la música; una pequeña obra maestra que sigue el rastro de su álbum Steve McQueen, una joya que en el año 1985 cambió el ritmo de la música y su sentido para todos aquellos que quedamos enredados en sus notas con canciones memorables y únicas como: When love breaks down, Bonny, Goodbye Lucille #1 o Appetite.

  La vida es un milagro es un prodigio de datos y sentimientos sobre Prefab Sprout que están volcados sobre las páginas de este libro con una envidiable pasión hacia la música del grupo y su líder: Paddy McAloon, del que Ziriza hace un retrato muy cercano a través de las dos entrevistas que le hizo; la última, y muy extensa, la realizada exprofeso para este libro, y que nos deja ver la figura de una persona sencilla, escondida bajo el signo del más absoluto anonimato y entregada a aquello que él entiende que mejor saber hacer: componer canciones. Un estar fuera del mundo que él traduce en notas que apunta en su libreta (cual novelista). Sensaciones que, por ejemplo, atrapa tomándose un café en el condado de Consett (a veinte kilómetros de Newcastle) en el que vive. Notas que expresan la pureza, la ensoñación, el acercamiento a un dios que habla a través de la música y sus manos. Manos que se vuelcan no solo sobre las cuerdas de una guitarra, sino también sobre órganos y sintetizadores multidimensionales a los que Paddy dota de un alma especial.

  La vida es un milagro es un trabajo ameno y profundo sobre la historia de Prefab Sprout, en el Carlos Pérez de Ziriza se adentra, entre otros aspectos: en el análisis pormenorizado de sus discos editados hasta la fecha, en un diccionario de referencias sobre su música a través de autores universales como David Bowie o Paul McCartney, entre muchos otros, y donde el desglose que hace sobre la carrera y la música del grupo es esencial y muy amena, lo que nos ayuda a conocer de primera mano la intrahistoria de un músico universal, Paddy McAloon. Tan universal como lo han podido ser los más grandes de la historia de la música popular. Un grupo, Prefab Sprout, entregado a la búsqueda de los destellos de la belleza y la espiritualidad intrínsecos a la música.

Ángel Silvelo Gabriel.

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