Carta a un perro vagabundo
Amigo chucho. ¿Recuerdas aquella canción de Alberto Cortés cantando a un pobre perro vagabundo, con el sol a cuesta, cuyo final concluye irónica y lastimosamente diciendo, que a fin de cuentas no era más que un perro? ¡Triste sino! Y, sin embargo, se ha producido una revolución canina, pues hoy también los animales tienen sus derechos, incluidas las ratas. Spain is diferent. Me alegro por ti. Los humanos, que presumimos de buenos sentimientos debemos protegerte, porque tú eres un ser sintiente, como dice la ley. Por eso, existe una ley de Protección Animal que sanciona hacerte daño. Eso está bien. Fíjate, que quien te mate o te causa un daño permanente de gravedad podrá dar con sus huesos en la cárcel, y podría salir más caro pegar un puntapié a un perrito que mordisque el pantalón a un transeúnte que abofetear a una persona. Sí, ya sé que no se debe hacer ninguna de las dos cosas, aunque, entiendo que haya de invertirse el orden.
Estoy de acuerdo en proteger a los animalitos, pero, resulta que aquellos que afirman el derecho animal son los mismos que niegan el derecho a los humanos. ¿Entiendes tú eso?
¿Acaso no es sintiente el niño cuando es arrancado violentamente del seno materno? ¿Por qué se sanciona al que trate de informar a la mujer que va a abortar, para que pueda ser consciente y tome conciencia de lo que va a hacer? ¿Acaso la ignorancia evita el mal?
¿Por qué a ti, que se te protege, sin embargo, se mata al que es humano? Fíjate, perrito, que se ha llegado a un auténtico holocausto prenatal. Las cifras de abortos en España cada año ascienden alrededor de 90.000 y en el mundo unos 73 millones. A este paso, a los jóvenes de hoy, convertidos mañana en viejos, ¿quién los sostendrán?
Todo esto viene propiciado por la Ley. Habrá que preguntar al que legisla qué entiende por Derecho. Porque, hasta dónde sé, está para proteger a todos, empezando por el más débil. Pero, si se le priva al que va a nacer del derecho a la vida, ¿de qué le servirán todos y cada uno de los demás derechos? Ni igualdad, ni educación, ni libertad…nada.
Y, pensándolo un poco más, una pregunta a la que no se le encuentra fácilmente respuesta. ¿Cómo explicar que desde el Derecho se condena a un inocente indefenso y se absuelva al adulto y responsable de sus propios actos? ¿O no hemos de ser responsable de lo que hacemos?
Se me ocurre que el mal llamado derecho al aborto tiene su causa en que los niños en el vientre de la madre no pueden votar, y los adultos, sí. Y, hoy día, para poder subsistir, algunos partidos tienen que buscar el voto en aguas procelosas de otros caladeros.
El aborto mata. La Ciencia está suficientemente avanzada para explicar al que no lo sepa, cómo y cuándo comienza la vida. Antes de que la mujer se dé cuenta que está embarazada, a los 18 días late el corazoncito del feto. Esto es un dato científico. De su hijo. Unos se ponen una venda en los ojos y otros imponen el silencio. Pero no puede ocultarse una verdad como esta. Y es que lo que hace libre al hombre es la verdad.
En lo que, a la protección animal, me alegro por ti, perrito. Pero, una parte de la sociedad está enferma. Proteger a los animales, sí. ¡Claro que sí! Sacrificar a los niños en aras de un derecho irresponsable, no. ¡Claro que no! Si tu pudieras hablar en vez de ladrar, seguro que serías más sensible que muchos de ellos.
Ángel Medina