Ciclo.
A veces la melancolía se agarra
a las laderas de mi falda.
Comienza como un pellizco,
como una lluvia ligera
en las costuras, que se va extendiendo
perezosa hasta la cintura,
para cubrir el cuerpo con una luz
anochecida que perdura en el tiempo.
Pero, un día, cualquier día,
sin previo aviso,
amanece un sol ensordecedor.
Aparece, y calienta las manos, los pies y
la vida. La vida.
Respetemos el
ciclo.
Puri Teruel Robledillo