Le vemos asomar por la ventana. Viene corriendo y en pañales. Con una cara de enfado y recortes bajo el brazo. Le tememos pero lo acogeremos en nuestro seno y lo viviremos lo mejor que podamos y nos dejen. Un año nuevo siempre es ilusionante, siempre hacemos buenos propósitos, ya saben, apuntarnos a un gimnasio, pasar más tiempo con la familia. Pero éste no, los buenos propósitos son trabajar mucho y poder cobrar nuestros sueldos a fin del año que comienza. Los años aciagos a veces son buenos para alguien. Porque la felicidad nunca está en el dinero. Pequeños gestos y conquistas nos pueden llenar de dicha y a veces sólo valen el euro del café. Eso les deseo a todos que vivan en los pequeños gestos y sean muy felices.
Brisne
Colaboradora de Canal Literatura en la sección «Brisne Entre Libros«
Blog de la autora
Qué buen comentario sobre el año nuevo, tiene encanto y es muy real.
Felicidades
Betty