El agua cae despacio sobre mi espalda. Limpiándolo todo. Mis fracasos absolutos. Miro alrededor y veo el desorden colonizando mi espacio. Instalándose en mi casa. Ahora que no estás el desorden lo llena todo.
El recuerdo de tu voz : «Teníamos que recoger ésto» se impone ahora que la fina lluvia de la ducha me va limpiando el alma. He pensado en tu partida, en el portazo, en la ausencia. Voy a dejar que el desorden me colonice, hasta que ya no pueda más. Luego sacaré lejía y limpiaré todo. Para que desaparezca el olor y el pasado.
Sólo quiero eso, empezar de nuevo.
Brisne
Colaboradora de Canal Literatura en la sección «Brisne Entre Libros«