Dorotea Fulde Benke, Siesta, 2014 (arcilla roja)
Crónica de la última vez
Llegaste tarde del turno de trabajo; escuché como abriste el microondas donde te había dejado una tapa para que cenases algo, pero no. Pasaste por el baño y al momento noté en el colchón el peso de tu cuerpo. Tu mano cálida me hizo las caricias de siempre; reaccioné somnolienta; la penetración, rutinaria, sin pena ni gloria; mi orgasmo fácil, real o no. Con un ‘Buenas noches’ apenas audible, nos dimos la vuelta hacia el exterior. Hace de eso veinte años y no hemos hecho uso del matrimonio desde entonces.
Pero esa no fue la última vez…
¡La última vez fue muy anterior! Fue cuando a través de tu miembro recuperé algo intrinsecamente mío, una parte que me pertenecía por derecho, que me hacía entera y cuya retirada fue un desgarro que me dejó tan vulnerable que el refugio de tus brazos no me complacía ni me consolaban tus besos. Encerré el recuerdo sensual dentro de mí como un tesoro para revivirlo más adelante, pero no fui capaz. Lo nuestro acabó en aquel momento aunque yo tardaría años en darme cuenta.
Dorotea Fulde Benke