A mi hijo Juanma, de cuatro años, le ha dado por aprenderse los colores de las diferentes banderas. Una de sus favoritas es la de Alemania. Negro, rojo y amarillo, repite contento mientras me persigue por la casa.
– Mamá, mamá, ¿cuándo nos vamos a Alemania?- pregunta por enésima vez.
-Mañana, hijo, mañana- contesto yo, como siempre.
– Vale- dice ilusionado y se marcha sin insistir.
Con una sonrisa en los labios pienso en lo fácil que es contentar a un niño. Imagino que para él mañana puede ser cualquier día del resto de su vida y por eso no se agobia, no tiene prisas. Mañana regresará con su pregunta y mi respuesta será la misma: mañana.
COLECCIÓN: COSAS DE NIÑOS
Felisa Moreno Ortega
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