Golondrinas. Por Soledad

Anoche volvieron mis inquilinos del cajón de la persiana, en mi dormitorio. La familia de golondrinas que desde hace muchos años pasan la primavera en ese cajón.

Yo puse el pasado invierno un CD colgado de la persiana con objeto de ahuyentarlas, y creí haberlo conseguido, pero esta madrugada me despertó un ruido suave y continuo de trabajo sobre madera; en el entresueño pensé si alguien habría entrado en casa, hasta que me esforcé en atender y comprendí que las golondrinas se estaban instalando, pese al CD, en su habitual alojamiento familiar.

Me levanto pensando cuántas generaciones de pájaros han pasado por ahí, si son los polluelos que nacen en mi ventana quienes regresan y procrean y a su vez los nuevos pájaros repiten ciclos, ad infinitum. Pienso también que su presencia me acompaña, pero me da algo de grima: me asusta pensar que puedo matarlos cada vez que subo o bajo la persiana, me molesta encontrar cagadas amontonadas en los marcos y los cristales y, sobre todo, me aterra encontrar huevos estrellados en el alféizar de la ventana, los embriones despanzurrados dentro del cascarón abierto.

Mi marido les facilitó que se instalaran ahí. Él se ha marchado, ellas regresan cada primavera.

Soledad

2 comentarios:

  1. Soledad: Me encantó el microtexto. Hay una poesía estallando en cada oración y eso me hace sentir cerca de donde me gusta estar. GRACIAS!!! ¿Tenés algún blog donde pueda leerte??

  2. Soledad: me alegro que estés ahí también, dale! Escribí nomás y avisá, en mi blog tengo mi dirección y contacto, si necesitas ayuda para organizarte te la doy, también espero tus comentarios!!!!!! Besos!

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