Lágrimas inútiles. Por Brujapiruja

Lágrimas inútiles

 

Lágrimas inútiles

 

Aquella tarde estaba yo con ella. Nos turnábamos varios hermanos desde que empeoró su situación. Hablaba tan bajito que apenas era audible pero sus ojos se iluminaban cuando entrábamos a verla y se la notaba feliz, nos extendía su mano buscando el contacto y a veces permanecíamos unidas así; se sentía más segura, cuando le daban esos pequeños mareos.

Estuve leyendo un rato y cuando vi que cerraba los ojos puse la televisión.

De pronto me encontré una noticia desoladora que me conmovió hasta tal punto que me hizo llorar. Imágenes de cuerpos destrozados en un país lejano donde un terremoto sacudió la tierra dejando desolación y horror, allí, en la pantalla y en la retina.
Mientras me restregaba los ojos y me secaba las lágrimas apenas pasaron unos minutos,

Fui a buscar un pañuelo en mi bolso y a coger el móvil.
Cuando regresé, tenía su mano extendida, así que volví a sentarme a su lado y a “sujetarla” como ella decía.

El frío que noté heló mi sangre y aún no he conseguido entrar en calor.
Unas lágrimas por quienes no conozco, me impidieron “sujetar” a quien más quería.


Brujapiruja

brujapiruja

Ceo del Portal Canal Literatura

5 comentarios:

  1. Sensación real provocada por los impactos mediáticos.
    Lo lejano nos conmueve y lo cercano nos pasa desapercibido.
    Un saludo

  2. Esto que cuentas me recuerda a una amiga que ingresada en el hospital para unas sesiones de radioterapia, me contaba como un día puso la tv para entretenerse un poco. Estaba viendo una película, pero la interrumpieron 3 o cuatro veces para informar del accidente aéreo de Barajas. Al final no pudo terminar la película porque no soportaba esas imágenes a bocajarro en medio de su propia enfermedad. Cuando fui a verla estaba tan deprimida que solo sabía decir «pronto estaré con ellos».
    ¿Alguien en los medios de comunicación se ha planteado alguna vez el daño que hace ese morbo exarcebado?
    Hay quien puede sumarse al dolor ajeno, hay quien tiene bastante con el propio.
    Y el que importa es el más cercano, en eso tienes razón, por muy solidarios que queramos ser, hay que empezar por los nuestros.
    Un abrazo

  3. Quizá se marchó cuando aún le sujetabas la mano pero, de todas maneras, seguro que sabe que volviste.

    Un abrazo y un beso

  4. Gracias a los tres por vuestros comentarios.
    Es un microtexto de ficción, pero efectivamente mi intención era retratar como en pos de los asuntos en los que no podemos intervenir, dejamos de lado los que son de nuestra incumbencia, tal y como dice lacucebe.
    Susana aporta algo en lo que no había caido, es cierto que hay quien no puede soportar más dolor que el propio y es probable que nadie sepa el daño que hace realmente con esos impáctos mediaticos a los que no podemos sustraernos porque son machaconamente repetitivos.

    Lcd ya en otro post hace tiempo decia algo así: «Venimos y nos vamos del mismo modo: Solos.» A veces las cosas simplemente suceden aún poniendo la mejor intención y como dices, siempre positiva, eso es lo que importa y ellos se llevan:)

  5. cuando mi tio se moria de un largo proceso de cancer, quiso verme en sus ultimos respiros (literalmente pues sus pulmones se ahogaban irremisiblemente) y yo solo pude darle un beso de despedida, ni recuerdo si me dijo algo, solo se que nada salio de mi boca, se que tuve ganas de decirle «te quiero». Luego le vele toda la noche (aun no habia tanatorios) junto con dos parientes, recordamos mil historias y anecdotas y me emborrache, acabando en el suelo boca abajo… ¡La muerte tiene estas cosas tan extrañas!

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