Las edades del alma
El tiempo no existe… lo joven y lo viejo son estados puntuales en el transcurrir, sin importancia más allá de nuestra visión lineal del mundo.
Como seres de luz que somos, esa clasificación de «alma joven» / «alma vieja» nos viene pequeña. Sin embargo, hay coincidencias y diferencias inexplicables… situaciones en las que nos sentimos como procedentes de otra galaxia o de otra época que los personajes que nos rodean. Pero también ocurre que encontramos una afinidad turbadora al re-conocer a quien no recordamos haber visto previamente.
Seamos, pues, lo que nos haya tocado ser en este plano: almas rebosantes del inocente deseo de aprender los caminos del mundo o bien almas cargadas de experiencias que nos conceden madurez y paciencia…
Lo importante es disfrutar y entregarnos a la apasionante tarea de evolucionar. Nos rodea un todo que, aunque no lo comprendamos nosotros, es consciente de nuestra lucha diaria.
Dorotea Fulde Benke
Siempre la sabiduría emanando de tus textos.
Gracias, Dorotea.