Venimos y nos vamos del mismo modo. Sólo el tránsito es, a veces, compartido por otro caminante, también cansado del sol de mediodía, del trasiego y de la lucha. Cuando los pies no pueden, hay algo allá en el horizonte que nos incita inpunemente; una curiosidad, un reto, una esperanza.
Aunque sepamos bien que hay que atravesar más pena, más hambre o sed, más miedo solitario, seguimos en el intento anhelando alcanzar esa paz huidiza y frágil, el confort de otra mirada, de otra voz , de otro ser que vibre unísono. Espejismo siempre… ilusión… intento vano.
Venimos y nos vamos del mismo modo: Solos.
Brujapiruja