AUTORRETRATO DE ULRIKE DÖRFLER
Cada mirada, un retrato; bien sea la dependienta del estanco o una alumna de la escuela de noche; tu madre; una amiga… En tus apuntes, cada una conserva sus rasgos, sus características, pero en los cuadros terminados se antepone una y otra vez tu propia cara, tu visión del mundo, tal como se refleja en ti. Mercadillos sobre juncos en Asia, el Bosque de Bohemia, campos de colza, Francia, Tíbet, India y finalmente las paredes de colores pastel en el hospital. Nos has entregado tu mirada de todos los viajes; de modo inmediato; para siempre.
Dorotea Fulde Benke
Me gusta leer este gran relato tuyo aquí.