Por los imprevistos y ondulantes caminos de la vida
transité lenta y tranquilamente con los deberes que adquiría
con paso firme recorrí el día a día, lo que la vida me requería
llené de paz el alma, brindé el corazón en todo lo que hacía.
Recogí muchos afectos, el sincero amor iluminó mi guía
con bellos seres a mi lado, en el largo trayecto de la travesía
pero el cruel paso de los años, un nublado día sola me dejaría
para seguir sin abandonar el camino, pero triste y sin una compañía.
Niego detener mi andar, en la senda mi alma será mi guía
recojo trozos de sentimientos y los armo nuevamente para la vida
con esfuerzo logro encontrar, distintas cosas de las que ya tenía
que brindan su alegría, si decaigo en las horas que la soledad me brinda.
La actitud de levantarse, aún con el peso del alma herida
la brisa en un rostro en alto, para ver pasar la vida
aceptar ayuda de otros corazones, que con sinceridad brindan
nutrir el alma con sentimientos y la sabiduría de la vida.
Mirtha Rodriguez
Argentina
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