Ha pasado un año desde que una amiga descubri ó un anuncio de Maghenta buscando autores noveles.Un a ño de descubrimientos: la ilusió n de publicar, la de conocer otros autores, la de descubrir la novela en estanterí as y escaparates, la ayuda prestada por los medios de comunicació n y por personas de otros ámbitos sin conocerme y las opiniones de las personas que ya han le ído «Sombras en el coraz ón».
Y ahora la visita con la editorial a la Feria del Libro de Frankfurt.
Es la primera vez que asisto a una feria de estas características, y conociendo la fama que la precede, confieso haber esperado con impaciencia estos días. Diez pabellones conforman dos kilómetros y medio de creatividad expuesta a los ojos de los visitantes.
Todo el proceso implicado en la creación de un libro se puede encontrar en la feria; los impresores, que lo proveen de cuerpo dándole el papel de distintos gramages; los diseñadores gráficos de las portadas y contraportadas, que le proporcionan el vestido; los escritores hablando de sus experiencias y sus obras; las editoriales encargadas de publicarlas; los agentes literarios, puente entre el autor y las editoriales; los distribuidores, encargados de la logística; los medios de comunicación, expertos en la difusión; los traductores, portadores de la varita mágica de la comprensión lingüística; y , por último, el sábado y el domingo, los lectores, para quienes en realidad es todo este despliegue de medios y circunstancias.
Los lectores (entre los que activamente me incluyo), son al fin y al cabo los que deciden si el libro llegará a la pubertad o si tendrá la suerte de envejecer acompañando a varias generaciones.
La mayor aventura de un libro al transformarse desde el pensamiento a la materia, es recorrer el mayor número de manos dispuestas a atravesar sus páginas con deleite.
En los stands, la actividad es muchas veces frenética según la hora; intercambio de catálogos, citas concertadas, nuevos clientes, y el deseo en la mente de todos de encontrar ese libro nuevo, esa buena historia esperando ser descubierta.
Diálogos de esgrima con el brillo de acero en los ojos entre los agentes literarios y los vendedores de historias, forjando el destino de las novelas.
De la enorme cantidad de libros ofertados, no todos tendrán la oportunidad de llegar a nuestros ojos.
Esto da lugar a motivo de reflexión
Y el descubrimiento de los libros como expresión viva, como mestizaje compartido, una formula de entender la vida; dialogo abierto entre mentes que la mayoría de las veces solo difieren en la estructura, pero no en la forma de ver las cosas y sobre todo de ser.
María José Rosete