Revisitando clásicos (recensión de «Los lobos», de Hans Hellmut Kirst). Por Antonio Vicente Frey Sánchez

Aún hoy la literatura alemana actual resulta un tanto desconocida al lector medio español, incluso en sus cumbres más elevadas encarnadas por sus dos recientes premios Nobel, Günter Grass (1999) y Herta Müller (2009). Podría ser achacado a un sinfín de razones como la dificultad de traducir correctamente al castellano el estilo alemán, de respetar sus giros y saber trasladar las sutilezas de los enfoques y puntos de vista del pensamiento germánico común; pero también es cierto que, durante el poco más de medio siglo que media entre el final de la Segunda Guerra Mundial y la actualidad, esa literatura ha ofrecido enfoques muy limitados más allá de una notable influencia de la novela negra norteamericana, y un insistente deseo de hacer catarsis de la experiencia del nazismo. Queda el lector advertido: Los lobos (Die Wölfe, 1967) pertenece al segundo grupo, a esa generación de novelas de escritores alemanes de la segunda mitad del siglo XX que ha buscado purgar –y, por ende, inmortalizar– los años más oscuros de su historia reciente. La autoridad literaria de Erich Maria Remarque es el punto de partida de muchos de ellos. En ese sentido puede comprenderse la producción de autores tan variopintos, pero necesarios, como –además de los citados Günter Grass o Herta Müller– Horst Bienek, Gert Ledig, Hermann Karl Lenz o Helmut Rellergerd. Lo que ocurre es que, en Los lobos, H. H. Kirst, autor de novela negra como La Noche de los Generales o la saga del subversivo militar Gunner Asch, reúne ambas facetas, dosis de misterio y una crítica subversiva al nazismo en sus promotores.

Los lobos es la historia de un hombre llamado Alfons Materna, un acomodado campesino terrateniente; y se sitúa en un pueblecito de Masuria (Prusia Oriental), llamado Maulen, poco antes del ascenso del partido nacionalsocialista al poder, en 1932. La muerte de su joven hijo a manos de un grupo paramilitar con la complicidad de sus jefes desata el deseo de venganza del protagonista. De una forma contenida, meticulosa y paciente, Alfons Materna irá cumpliendo su objetivo frente a unos jerarcas corrompidos en medio de un progresivo ambiente de degradación moral, donde muy pocos escapan. En Los lobos no hay análisis político alguno, pues H. H. Kirst acude directamente a la raíz del ascenso del extremismo nacionalsocialista: retrata la gradual ausencia de escrúpulos y moralidad de los personajes que protagonizaron aquel encumbramiento, los lobos. Y como paladín no emplea un poder político o religioso abrumador, sino a un simple campesino de clase media, a un alemán medio, un zorro; un hombre que, además, reúne a lo largo de la novela adhesiones y complicidades entre quienes realizan, o desean realizar, su particular lucha clandestina. La novela trata, por lo tanto, de gente común; siendo éste un aspecto fundamental que la articula en su totalidad, y da pie, casi al final, para una reflexión, por medio de un soliloquio del protagonista, del porqué del ascenso de los lobos.

Los Lobos,de Hans Hellmut Kirst

Los lobos se desarrolla en tres grandes partes, 1932-33, 1938-39 y 1944-45, y no sólo refleja la particular cruzada del protagonista, sino que, en ocasiones, se detiene de forma explícita en variopintos momentos cotidianos de los habitantes de una región rural netamente alemana como Masuria; en costumbres relacionada con la religión, la alimentación, las fiestas e, incluso, las relaciones personales; en un todo tan singular y diferente al mundo urbano y, por supuesto, a los tiempos actuales. Ese nivel de detalle permite a H. H. Kirst describir su corrupción a manos de los representantes del régimen y allegados con elevadas dosis de humor negro. En efecto, a pesar del continuo sarcasmo y algunos momentos verdaderamente trágicos que pueden llegar a golpear al lector, las páginas de Los lobos están plagadas de ironía y humor que amenizan la dureza de algunos pasajes.

En fin, Los lobos es una novela muy bien estructurada, y se lee rápidamente, a pesar de su volumen, con el aliciente de que el lector termina simpatizando y enganchado a la cruzada vengadora de Alfons Materna. Fue escrita en los años sesenta, teniendo la fortuna de ser bien traducida al castellano; y, aunque retrata un momento particularmente trágico de la historia alemana, hoy más que nunca no deja de estar vigente en cuanto al valor de advertirnos sobre el ascenso de los extremismos de la mano de personajes no tan lejanos como pueda creerse, cuya oscuridad generalmente oculta una inmoral falta de escrúpulos o resentimientos psicóticos; esto es, lobos con piel de cordero.

 Antonio Vicente Frey Sánchez

Título: Los lobos / Autor: Hans Hellmut Kirst / Editorial: Almuzara / Año: 2008 / Traducción: Esther Donato Prunera (1971) / Primera edición en castellano: 1973 / Páginas: 576.

 

Más información sobre el autor y su obra en esta web

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *