Se enfilan collares. Danza de los Equilibrios. Por Amelia Pérez de Villar

Se enfilan collares

Hoy he querido llenar esta sección que lleva un tiempo desatendida con un poema (¿poema? ¿texto poético? ¿microrrelato? ¿retazos de vida en prosa poética?… Me gusta esto último… ) de mi amigo y compañero en las letras Manuel de Mágina. Pertenece a su libro Poeta sucumbiendo bajo un alud de ollas de acero inoxidable. Claro que el título me cautivó. Pero en el libro, de apenas 70 páginas de un papel grueso que da gusto pasar (gusto al tacto, pena al alma) y publicado por Editorial El Desván de la Memoria hay otros muchos que rezuman sensibilidad y humor en distintas proporciones, siempre con una pizca de tragedia vital que se disuelve en la vulgaridad de lo cotidiano, la mayor parte de las veces por acción del efecto corrosivo y renovador de las risas. Pinchando en los enlaces podéis leer más de Poeta sucumbiendo y del proyecto editorial y los talleres literarios de Ramón Alcaraz (en la web de la editorial) y otros textos de Manuel, por si os quedáis con ganas de más.

Danza de los Equilibrios

Vínculos (hilos o suaves cintas de satén)
lanzo hacia ti, estrella que brillas, desde la
noche de mis sentimientos. Trazan hacia el
centro de tu sentir una larga comba plateada,
en este campo orbital de cuerpos celestes que
giran en torno a sí mismos y a los demás.
Lanzo a ti platino y me devuelves infrarroja o
azul, y establecemos una liga con la que
navegar el universo. A ti, a ti y a ti, con las
que mantenerme suspendido y suspenderte.
A ti que te voy y no me vienes; a ti, en la que
vínculo o hilo brilla siempre más que el
primer día. Incluso a ti que, ardiendo en tu
propio fuego, quemas mis cintas al llegar.

 Poeta sucumbiendo bajo un alud de ollas de acero inoxidable

Amelia Pérez de Villar

Blog de la autora

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Un comentario:

  1. Ya te vale, Amelia. Eso de refugiarte en poemas ajenos… Pero como es magnífico te lo perdonamos.
    En cualquier caso, déjanos más veces tus palabras, que siempre son sabias.
    Un besazo.
    P.D.: Yo también aprovecho para deciros a todos que leáis el libro de Manuel. No os defraudará.

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