«El que Mirta eligiera Londres, destino preferente de miles de mujeres extranjeras para abortar, como punto de partida de su nueva vida con Luana me parece una pincelada de antideterminismo»
El Tangram es un juego chino que consiste en juntar triángulos, un cuadrado y un paralelogramo para formar figuras. Y eso es un poco lo que Juan Carlos Márquez nos plantea, nos presenta un cuadrado, cinco triángulos y un paralelogramo para que nosotros juntemos sus bordes y dibujemos la novela en nuestra mente. Algunos pensarán que eso no es una novela, que nos presenten un montón de relatos con protagonistas diversos para hacer figuras no es una novela. Me da igual. Me gusta de hecho que no todo esté unido al uso, me estimula y me provoca. Pero lo mejor de Tangram es el humor. Como no conocía a Márquez no podía imaginar ese humor negro llenando los relatos, la sonrisa pérfida que te deja en la boca al leer sobre un pobre asesino al que se le adelanta el suicidio de la víctima o los pobres muchachos que comen carne humana en el sótano. Sonrisa y carcajada. Asesinos, ladrones y pobres desgraciados llenan los relatos de Tangram. Madrid y Bilbao. Reikiavik y Calabria. Y al final el paralelogramo que une todos los bordes. Personas y lugares.Un juego para unir que no tienen por qué leerlo de continúo, que pueden ir saltando de uno a otro, incluso releer.
Me ha sorprendido mucho y para bien, Márquez. Pese a que en algunas de esas carcajadas mal disimuladas los de al lado me hayan mirado mal, y se hayan quedado con los ojos muy abiertos cuando les he contado por qué me reía. Así que si ustedes no quieren descubrir que son malos, dejándose arrastrar por el humor negro y bien escrito, si no quieren conocer a Valle. acosar a un pobre hombre gordo, seguir a un asesino por Islandia, reunirse con los mafiossi en Calabria, conocer a una diva que encierra a dos muchachos en un sótano, o pasear del brazo del comisario Olabarrieta no abran el libro, no lo compren, ni siquiera lo ojeen. Por que si usted, lector -no devorador de novelas-, se acerca y lo ojea, estoy segura que acabará llevándolo bajo el brazo a casa para disfrutar.
No voy a juzgar su estilo, no voy a juzgar si las comas están en su sitio. Soy un simple lector entusiasta, y me han entusiasmado tanto que lo he leído dos veces. ¿Y ustedes?
Brisne
Colaboradora de Canal Literatura en la sección «Brisne Entre Libros«
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