Poema último de la espera
Donde mueren los sueños
yo quisiera esperarte eternamente;
donde la sal quemante de tus lágrimas
no exista, ni intente cobrar vida.
Donde todo es posible, si es el caso,
quisiera rodearte con mi abrazo,
un corsé sanador de enfermedades
que provocan tormentos en el alma.
Pero no hay ya palabras,
no hay versos que puedan explicarte
esta desesperanza,
este caer de bruces en la angustia
de tu hueco en mi vida.
Y entiendo la palabra «irremplazable»,
el poder colosal de tu mirada,
y recuerdo un olor, un pensamiento…
Y, si la vida es justa,
tan justa como nunca nos parece,
no te diré «te quiero» con palabras,
no brotará un verso de amor en tu ventana;
pero siempre sabrás que es lo más cierto
cuando bese tus manos temblorosas.
Mi corazón será como mis brazos,
y mis brazos el lazo que proteja
esta historia de amantes con su vida,
bañando en luz las sombras del destino.
© Segismundo Fernández Tizón
Cuanto sentimiento y emociones es estas palabras encadenadas con la fuerza de un gran amor. Precioso Segis. Besos