Aunque te vas, no te vas… Por Yolanda Sáenz de Tejada

Yolanda Saénz de Tejada

Porque hay Retinas de piel ajada que no dejan pasar

ni la belleza, ni la luz

(afortunada yo, que una me dejó nadar dentro de ella un ratito).

 

 

 

Sé que te llevaste

al hospital

mis poemas

y los situaste

en la mesita de noche,

cerca de las pastillas

que aún

te prendían

a nosotros.

También,

que cada día,

antes de dormir,

leías mi dedicatoria.

 

También descubrí

que no querías

detallarme

toda la vida

que te sobraba

a chorros,

para no molestarme

(sin embargo

me regalabas

los versos

más hermosos,

con toda tú

dentro,

desnuda y

apaleada).

 

Conozco,

porque las brujas

espiamos

a las mujeres

que amamos,

que me querías

y que volverías

a montar

en moto o

a saltar

en la cama

elástica

con mis tacones

de azúcar

solo para verme

sonreír

(tu risa,

a mi lado,

era verdad,

no me jodas

con otra mentira).

 

Y ahora quisiera

culparte,

porque te has ido y

porque

las locas

echamos más de menos

a las nuestras.

Pero

no puedo,

porque llevas

meses despidiéndote

de mí y,

aunque lo tuyo

no fuera

ir con Dios,

yo te lo grito,

salvaje,

por si acaso.

 

No es que yo llegara

tarde a tu vida,

querida inolvidable,

es que llegaste

tarde

tú misma.

 

(Gracias por tu regalo, ahora sé por qué pesaba demasiado para viajar contigo al cielo.)

 

 

Yolanda Sáenz de Tejada Foto:Joaquín Zamora

 

Tacones de Azucar - Yolanda Saénz de TejadaYolanda Sáenz de Tejada
Colaboradora de esta Web en la sección
«Tacones de Azúcar»

Blog de la autora

 

Un comentario:

  1. Elena Marqués

    Sin duda alguna, uno de los poemas más hermosos (y sinceramente dolorosos) de los que te conozco.
    Un abrazo.

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