Bienvenido. Por Yolanda Sáenz de Tejada

Yolanda Sáenz de Tejada
Bienvenido

a mi cuerpo.

Espera en el salón,

por favor;

estoy aún

fregando mi piel.

Está tan sucia

de recuerdos…

Él se ha ido

hace poco tiempo

y me ha dejado

la foto de boda

entre mis vértebras.

Abiertas y

cubiertas de

quemaduras

—tanto fuego en su boca…—

Mira mis piernas.

Están plagadas

de varices y fantasmas

de tanto atajar sus dedos

por ellas.

Tengo aún los arañazos

frescos en los ojos,

—recuerdos vivos

de muchas noches

sin noche—.

Mi pelo se extiende

en el pasillo,

como una alfombra

pisoteada y con

agujeros

—desahucio de caricias

en mis cabellos—.

Y ahora,

sentada en el sofá

de mi locura,

aúllo

porque él se ha ido,

llevándose los muebles

de mi cuerpo.

Dejando tan sólo

aquel espejo pintado

con restos de carmín

te quiero,

que seas feliz…

 

Bienvenido a mi cuerpo,

ya puedes pasar.

He terminado la limpieza.

Tengo

la nevera de la vida vacía.

Iremos juntos a comprar.


Yolanda Sáenz de Tejada
Colaboradora de esta Web en la sección
«Tacones de Azucar»

Blog de la autora

Un comentario:

  1. Era aburrido , he de reconocerlo, pero creia que hacia bien mi papel, era formal, limpio, trabajaba doce horas para poder pagar la letra del piso, Conseguí asender, segúi trabajando doce horas, pero podia pagar la letra del piso, y el colgio de los niños, en fin qe todo iba bien.

    Un dia al entrar en casa mi mujer me dijo, me aburres, ya no te quiero, estoy harta de ti.

    Me habia hecho un maleta que estab en el hall. Aquel día dormí en un hotel, luego alquilé un pequeño apartamento, el suldo no daba para más, porque tenía que seguir pagando la letra del npso y el colegio de los niños. Seguí trabajando doce horas.

    Bien, se que soy aburrido, pero ¿es justo lo que me ha pasado?.

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