Bienvenido
a mi cuerpo.
Espera en el salón,
por favor;
estoy aún
fregando mi piel.
Está tan sucia
de recuerdos…
Él se ha ido
hace poco tiempo
y me ha dejado
la foto de boda
entre mis vértebras.
Abiertas y
cubiertas de
quemaduras
—tanto fuego en su boca…—
Mira mis piernas.
Están plagadas
de varices y fantasmas
de tanto atajar sus dedos
por ellas.
Tengo aún los arañazos
frescos en los ojos,
—recuerdos vivos
de muchas noches
sin noche—.
Mi pelo se extiende
en el pasillo,
como una alfombra
pisoteada y con
agujeros
—desahucio de caricias
en mis cabellos—.
Y ahora,
sentada en el sofá
de mi locura,
aúllo
porque él se ha ido,
llevándose los muebles
de mi cuerpo.
Dejando tan sólo
aquel espejo pintado
con restos de carmín
te quiero,
que seas feliz…
Bienvenido a mi cuerpo,
ya puedes pasar.
He terminado la limpieza.
Tengo
la nevera de la vida vacía.
Iremos juntos a comprar.
Yolanda Sáenz de Tejada
Colaboradora de esta Web en la sección
«Tacones de Azucar»
Blog de la autora
Era aburrido , he de reconocerlo, pero creia que hacia bien mi papel, era formal, limpio, trabajaba doce horas para poder pagar la letra del piso, Conseguí asender, segúi trabajando doce horas, pero podia pagar la letra del piso, y el colgio de los niños, en fin qe todo iba bien.
Un dia al entrar en casa mi mujer me dijo, me aburres, ya no te quiero, estoy harta de ti.
Me habia hecho un maleta que estab en el hall. Aquel día dormí en un hotel, luego alquilé un pequeño apartamento, el suldo no daba para más, porque tenía que seguir pagando la letra del npso y el colegio de los niños. Seguí trabajando doce horas.
Bien, se que soy aburrido, pero ¿es justo lo que me ha pasado?.