En el rápido recorrer de la vida, en su comprometido transitar
solemos olvidar pequeños momentos, que nos permiten recordar
felices instantes vividos, que sentimos de olvidar
y perdemos la cálida nostalgia, del sentir al recordar.
Siempre habrá un recuerdo, que nos colme de lágrimas los ojos
siempre habrá un recuerdo, que nos parecerá el más valioso
la dulce niñez lejana, o una adolescencia de secretos guardados
todo recuerdo nos nutre, de profundos momentos pasados.
Estremecernos al recordar, la mirada de un amor de juventud
que se perdió en la vida, pero conserva una tenue inquietud
por la complicidad de las miradas, guardadas en el corazón
como un bello tesoro, que inunda el alma de emoción.
Vivimos aferrados al presente, analizamos silenciosamente el futuro
pero no podemos evitar, en momentos de felicidad u opaco infortunio
abrazarnos a un profundo recuerdo, tratando de compartir el momento
con el presente secreto guardado en el alma, y colmarnos de su sentimiento.
Mirtha Rodríguez
Argentina
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