Confusión. Por Doctorv

La luz amarilla de las farolas me maldice desde arriba

y yo miro, de reojo, y me escondo entre las sombras.

Un viento helado sacude las papeleras, y mariposas de plástico

vuelan sin rumbo fijo, y se burlan de los niños, pues se saben inmortales.

El último tren que partió no atravesó el horizonte,

un enjambre de ambulancias lo rodeó en las afueras

y los niños aún esperan con la luz encendida y y un reproche en la mirada

el  regreso de sus padres.

Ni siquiera la locura se me antoja un disparate;

acostumbrado al coro de mítines  y  telediarios,

escapo como puedo del murmullo de la gente, de oraciones y ovaciones

que  me parecen grotescas, que me aterran,

y corro hacia ningun sitio, cegado por las luces.

El sol es ajeno hace tiempo a estas calles, y es seguro que la luna

desaparece en las tinieblas.

Confundido entre las burlas intento desprenderme de esta red

de sonrisas e  intereses, escapar  de la  avalancha de monedas furiosas

sin más heridas que las que llagan mi piel.

Es así que, mientras corro, a trompicones

entre escaleras mecánicas y bolsas de papel

vuelvo a recordarte, vuelvo a reprocharme

todo aquello que no fui capaz de hacer.

Y azotado por mis sombras, aturdido por las luces y los ruidos que no cesan,

llego hasta ti, otra vez, y, al encontrarte de nuevo,

de pie, esperando mi regreso, el mal sueño se desvanece

y, confundido aún, me acerco a tu lado y te envuelvo con mis brazos

… mientras preguntas «¿Qué tal la tarde, cariño?».

confusión

Doctorv

4 comentarios:

  1. ¡Ufff! Menos mal… Me ha encantado. Besos.

  2. Elena Marqués

    Bendita confusión y bendito mal sueño si desembocan en un poema como este.
    Siempre es un gusto leerte.
    Un abrazo.

  3. Muchas gracias por vuestros comentarios. Un abrazo.

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