Regresaba lento, suavemente, como analizando la vida
mis pensamientos revoloteaban cuán bellas golondrinas
nada parecía opacar la delicada brisa que me acompañaba
confiaba en tu amor y en el sentir que mi corazón anida.
Siempre esperé tu regreso, con amor, con el alma viva
nuestro vivir fue tranquilo, con bella armonía que brillaba
pero el destino decidió por mi y fui yo quién regresaría
mucho después de ti, sin poder imaginar lo que allí esperaba.
Con el inocente sentir de pensar que mi presencia te alegraría
regresé sin aviso, entré silenciosa, en mi rostro una sonrisa había
creí morir, al ingresar a mi habitación en penumbras y allí te vería
en nuestro lecho, amándose totalmente… con mi mejor amiga.
Rechacé explicaciones que con alto tono y a dos voces me decían
imposible ocultar con un manto la situación que allí se veía
silenciosamente giré sobre mis pasos, corrí a ocultar mi herida
no dejé pisotear mi vida, sola…con mi corazón y mi alma a la deriva.
Mirtha Rodriguez
Argentina
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