De mi abuela recuerdo casi todo…
De mi abuela
recuerdo
casi todo:
su traje azul
que detonaba
el día,
o su pelo blanco
de helado de
nata
nevada.
El anillo con el
que golpeaba la
mesa y
sus ojos llenos
de mares y
de cataratas.
Cuando dormía
con ella
(qué pasado
más continuo)
le robaba
las galletas
inglesas de
mantequilla
que escondía
entre su
lencería de
Francia.
Mi abuela tenía
unas venas
transparentes que
enseñaban,
sin pudor,
los cientos
de libros que
había leído.
Y a veces,
nos dictaba su
peculiar historia de
esta España
quebrada.
De tanto querer,
a mi abuela,
le nació una
tromba en el
corazón que
le infectó
el alma.
Cuando se moría
(y yo a chorros)
le confesé
llorando
que le robaba
las galletas.
Ella,
sonriendo y
antes de dejarme
huérfana,
me dijo que
las ponía allí
para que yo
me las llevara.
Yolanda Sáenz de Tejada
Colaboradora de esta Web en la sección
«Tacones de Azúcar»
Hermoso poema retrato.Uno de esos poemas que más que decirlos, se destilan; de los que rezuman desde lo hondo suspiros en verso y cariño verdadero.
Saludos afectuosos.